Coronavirus: qué medidas plantea Italia para la salida de la cuarentena
El gobierno italiano alargó anoche el confinamiento hasta el 3 de mayo, pero ya se ha empezado a aplicar algunas normas en una reapertura gradual.
Giuseppe Conte, primer ministro italiano, anunció anoche que Italia serguiría confinada hasta el 3 de mayo, medida que ha considerado necesaria para seguir luchando contra el virus. Pero ya ha comenzado a aplicar algunos cambios que entrarán en vigor el próximo 14 de abril. Se podrán abrir librerías, papelerías y tiendas para niños. Italia ya está trabajando con una tendencia de desescalada de la epidemia de coronavirus, su ejecutivo empezará a evaluar una vuelta a la normalidad gradual, que en ningún caso se producirá antes de la primera semana de mayo.
Según las intenciones que se han ido desprendiendo de las comparecencias de los responsables políticos italianos, la reapertura de comercios y espacios públicos será muy paulatina, primero le ha tocado a librerías, papelerías y jugueterías. El objetivos es atajar el crecimiento de la tensión social en un país que lleva más de un mes confinado. Ya se han tomado medidas como permitir que los menores puedan pasear acompañados de sus padres un pequeño periodo de tiempo al día y siempre cerca del domicilio.
Lo último en abrir, obviamente, serán bares, peluquerías, gimnasios, restaurantes o tiendas de ropa, foco de aglomeraciones que pueden generar la tan temida segunda oleada de contagios, cuyas consecuencias serían devastadoras para economías y sistemas sanitarios. Estos no volverán a operar hasta que el índice de contagios (la cantidad de personas que puede contagiar un infectado), sea de 0,5 al menos. Para teatros, cines o estadios preocupan las colas y la interacción entre asistentes, así que el índice deberá ser próximo a cero.
Ni siquiera cuando se reinicie la interacción social y comercial habrá una plena normalidad. Se reducirán aforos, habrá que guardar distancias de seguridad (un metro entre personas y dos entre mesas, por ejemplo, con los camareros llevando guantes y mascarillas) y evitar grandes concentraciones de gente, lo que afectará al comportamiento y la forma de consumir en centros de ocio o espectáculos deportivos. En cuanto a los transporte, en Italia contemplan la figura de un controlador que mantenga la distribución de los pasajeros, con una plaza de cada dos ocupadas.
El distanciamiento social no terminará por completo hasta que llegue la vacuna y se pueda crear una gran inmunidad que evite otra rápida propagación del patógeno a través de una campaña mundial de vacunación. Para eso, lamentablemente, faltan meses.