NUTRICIÓN
Slow Food para hacer frente a la pandemia a nivel mundial
La próxima estrategia de la UE del campo a la mesa tiene como objetivo hacer que toda la cadena alimentaria, desde la producción hasta el consumo, sea más ecológica y sostenible.
Afrontar de la mejor manera la respuesta social y comunitaria a la crisis del coronavirus no es fácil. No hay una técnica perfecta, ni un método que funcione, pero si entre todos hacemos que lo que nos rodea sigue de la mejor manera posible, pequeñas comunidades trabajando, produciendo, harán que todo sea un poquito más sencillo. Y, en esa línea, entre el proyecto Slow Food de la Comisión Europea.
El proyecto Slow Food surge en 1986 después de que un pequeño grupo de activistas, deseosos de defender un ritmo de vida más lento, realizara una manifestación sobre la apertura de un restaurante de comida rápida cerca de la Plaza de España en Roma. Desde entonces, se ha convertido en un movimiento global de más de un millón de personas en 160 países.
Slow Food contra el coronavirus
Para Marta Messa, de Slow Food, "vemos la comida como algo que conecta la política, la cultura, la historia, la identidad, el medio ambiente y nuestro ritmo de vida. Queremos unir a diferentes grupos, desde agricultores y pescadores hasta jóvenes activistas y maestros. Este sentido de comunidad es más importante que nunca dados los desafíos que enfrentamos actualmente. Debido a la crisis del coronavirus en particular, queremos asegurarnos de que las personas todavía tengan acceso a alimentos que sean buenos para el planeta".
Entre los beneficios de comer local, "en primer lugar, la comida local que se cultiva de forma sostenible sabe mejor: es más fresca porque no ha viajado largas distancias. La calidad nutricional es mayor. De hecho, los estudios muestran que el contenido de antioxidantes de los alimentos biodiversos es más alto que el de los alimentos convencionales".
"También se trata de hacer una vida mejor para todos. Si compra productos locales, está apoyando a los agricultores, los mercados y los artesanos de alimentos locales. Está ayudando a que los sistemas alimentarios locales diversificados se vuelvan resilientes. También hay un aspecto cultural e histórico en comer local. Si solo come alimentos importados, pierde esto. Y, por supuesto, comer productos locales es mejor para el medio ambiente, ya que se producen menos emisiones".
Los mercados: afectados en todo el mundo
"Los productores de alimentos se han visto gravemente afectados. Se han cerrado muchos mercados abiertos en todo el mundo. Esto es problemático para las personas que dependen de estos canales para obtener sus productos. Y es particularmente preocupante para los grupos vulnerables de la sociedad".
"A pesar de esto, escuchamos que los productores de alimentos y las comunidades locales están trabajando juntos para encontrar nuevas formas de continuar vendiendo productos. Los ejemplos incluyen organizar entregas a domicilio, señalar los mercados que aún están abiertos, realizar pedidos en línea e informar a los ciudadanos en las redes sociales sobre dónde pueden encontrar esta comida".
En España se puede consultar en este link por zonas y provincias lugares adheridos al movimiento Slow Food.
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