Establecer el origen de las tapas es tan complicado como decantarse por la mejor de todas. En la variedad está el gusto y esa es precisamente la principal lección que el comensal debe extraer: por qué elegir una cuando se puede disfrutar de todas. Y es que, desde las tapas más clásicas a las más modernas, las opciones son casi infinitas.

Según el diccionario de la Real Academia Española, una tapa es una pequeña porción de algún alimento que se sirve como acompañamiento de una bebida y es tal su influencia en la gastronomía española que es inconcebible no encontrar propuestas diferentes en función del territorio o región.

Además, es un concepto que ha traspasado fronteras para convertirse en una seña de identidad, y hoy en día constituyen una verdadera atracción para los millones de turistas que nos visitan. Tal es su influencia que existen rutas de tapas, un día mundial de la tapa y cientos de restaurantes a lo largo y ancho del mundo que las ofrecen como parte indispensable de su carta.

En España son imprescindibles. Tapear se ha convertido en una de las aficiones más instauradas entre las costumbres de la población porque en torno a las tapas fluye la conversación. Es una forma de entender las relaciones sociales y un verdadero lujo gastronómico al alcance de todos cuya evolución en los últimos tiempos puede considerarse directamente un arte.

La web colaborativa Taste Atlas, una enciclopedia de sabores, un atlas mundial de platos tradicionales, ingredientes locales y restaurantes auténticos, dedica una completa sección a las tapas españolas y ha elaborado una infografía en la que se puede consultar cuáles son las más populares en función de la comunidad autónoma.

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Y antes de que jures en arameo porque no encuentras alguna opción que consideras imprescindible, ten en cuenta que no deja de ser un listado y como tal puede estar perfectamente incompleto. Más, si atendemos a la riqueza gastronómica de nuestro país y que cada día surgen nuevas e interesantes opciones. Aunque, eso sí, algunas de las más representativas están recogidas independientemente de que pueda haber ausencias. Que las hay.

Omisiones, imprecisiones y algún disparate

Tal es el caso de la omisión de las Islas Baleares o de las Islas Canarias aunque no es menos cierto que la web recoge propuestas como la sobrasada o el tumbet procedentes de las primeras, o las papas arrugadas, con mojón picón o mojo verde, y el almogrote, de las segundas. También se echa en falta, como no, la ausencia de Ceuta y Melilla. Todo sea dicho.

Y sí, también podemos hablar de algunas imprecisiones. Si bien estamos de acuerdo con la parte relativa a las tapas que no pertenecen a ninguna región en concreto sino a todas en general, no es menos cierto que más de uno se echará las manos a la cabeza porque se puede discutir el concepto de tapa o ración (migas extremeñas), si las hay más representativas (el morteruelo es exclusivo de Cuenca y no de toda Castilla-La Mancha), algún nombre compartido (no diga ‘tocino envuelto fechas’, diga delicias de Elche) o si directamente hay mejores opciones (la gilda en el País Vasco, los callos en Madrid o la marinera en Murcia).

Sea como fuere, como hemos indicado antes, el problema de las listas es que nunca se elaboran a gusto de todo el mundo y si el origen de una imprecisa caracterización de la gastronomía de una región viene de más allá de nuestras fronteras, como es el caso, es hasta normal un cierto desconocimiento. En cualquier caso, podemos tildar de correcto el ejercicio realizado por Taste Atlas porque más allá de lo concreto, acierta a la hora de otorgar una entidad propia a las tapas españolas y, por qué no decirlo, tampoco nos podemos sobresaltar con muchas de las propuestas compartidas, que dan una imagen general de lo que se puede encontrar en las barras de todo el territorio nacional. Ya irán afinando.