Deporte y Vida

VERANO

Este verano más que nunca: cuidado con el sol y la piel de los bebés

Las autoridades sanitarias no recomiendan exponer a los niños directamente a la radiación solar antes de los 3 años. Además, la a piel de los niños mantiene el recuerdo de las quemaduras solares durante muchos años y el riesgo es acumulativo.

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bebes playa
as.com

Los médicos están informando del aumento de las quemaduras en adultos, y no sólo, este verano, por la falta de exposición que desde la primavera hemos tenido. Y si los adultos, que salíamos a comprar, conducimos, etc, estamos teniendo estos problemas ante las largas exposiciones al sol, ¿qué les puede ocurrir a las pieles de los bebés?

"La piel de los bebés y niños es más fina y frágil que la de los adultos, y particularmente vulnerable al sol, porque el sistema de defensa de la piel es inmaduro hasta los tres años. Por este motivo, tal como aconsejan las autoridades sanitarias, no se recomienda exponer a los niños directamente a la radiación solar antes de los 3 años", nos cuenta a Deporte y Vida Anna Clara Vancells responsable de marketing y visita médica de Mustela. Así que este año vamos a ser más claros que nunca, cuidado con el sol, especialmente de los más pequeños, ellos no eligen darse crema o no, ni a qué hora bajar a la playa.

¿Cuáles son los riesgos de la exposión al sol para niños y bebés antes de tiempo?

La piel adulta tiene mecanismos de defensa frente a las agresiones del sol, siempre que no esté sobre expuesta. La capa superficial de la piel, la melanina y los mecanismos de reparación celular participan en esta fotoprotección natural. En un niño, antes de los 3 años, estos mecanismos de defensa aún no se han implementado, la piel es más fina y sensible, su función como barrera protectora aún no es eficaz y los rayos UV penetran más fácilmente. Su sistema inmune y su sistema pigmentario aún son inmaduros y por tanto los mecanismos de defensa frente a la radiación UV son insuficientes.

La exposición prolongada al sol puede presentar varios riesgos a corto plazo, pero también a largo plazo. Los rayos UVB y, en menor medida, los UVA causan quemaduras solares más o menos graves con efectos no solo inmediatos sino también a largo plazo. La exposición a los rayos UV durante la infancia es determinante para la salud de la piel en la edad adulta. La piel de los niños mantiene el recuerdo de las quemaduras solares durante muchos años y el riesgo es acumulativo, de forma que la exposición repetida a la radiación UVB durante la infancia aumenta el riesgo de cáncer de piel en la edad adulta. También, las exposiciones repetidas sin la protección adecuada pueden conducir al envejecimiento acelerado de la piel bajo el efecto de los rayos UVA.

La exposición prolongada al sol puede provocar, además, un golpe de calor, con síntomas como malestar general, dolor de cabeza, deshidratación aguda y alteración de la conciencia. Esta situación puede ocurrir especialmente en niños. En los recién nacidos el 78% del peso corporal total se encuentra formado por agua, vs 60% en la edad adulta, y su transpiración aún es escasa, lo que los hace más sensibles a los cambios de temperatura, y presentan un mayor riesgo de sufrir un golpe de calor y de deshidratarse más rápido que un adulto.

¿Antes del mes es aconsejable que estén en playas, piscinas, etc?

Como hemos indicado anteriormente, las autoridades sanitarias recomiendan fuertemente no exponer a los niños menores de 3 años al sol y, en ninguna circunstancia, deben exponerse al sol los bebés menores de un año.

En el caso de ir con niños pequeños a la playa o a la piscina, hay que tomar una serie de precauciones:

-Deben evitarse completamente las horas centrales del día, entre 11 y 16 horas, cuando el sol es más intenso y buscar sistemáticamente la sombra.

-No hay que dejar nunca a un bebé en traje de baño, o sin ropa, al sol.

-De hecho, se recomienda vestirlo con ropa holgada, pero de algodón grueso, para filtrar los rayos UV, un sombrero o gorrita de ala ancha y gafas de sol adecuadas (estándar CE, UV categoría 3 o 4) 

-Por supuesto, aplicarle un protector solar con un índice de protección alto (50 o 50+) específicamente formulado para su delicada piel. Finalmente hay que procurar hidratarle, dándole agua regularmente.

El riesgo de quemaduras en verano en la montaña es extremadamente alto.

¿Cómo debemos proteger la piel de los más pequeños en verano?

Una protección solar completa incluye tanto el uso de un protector solar como de todas las medidas físicas, para resguardarles, mencionadas anteriormente, como ropa, gorrita, gafas de sol…

También es importante, tener en cuenta los consejos de los expertos a la hora de aplicar el protector solar. Hay que elegir un protector solar específicamente diseñado para las características de la piel de los bebés y niños y aplicarlo en cantidad generosa y uniformemente, sobre la piel seca, veinte minutos antes de la exposición, insistiendo especialmente en las zonas sensibles y sobreexpuestas como la frente, pómulos, nariz, labios, orejas… La aplicación del protector debe renovarse cada dos horas y después de cada baño.

Incluso a la sombra o en días nublados, los niños necesitan protección solar. De hecho, más del 80% de los rayos UV pasan a través de las nubes y una sombrilla no proporciona protección suficiente, porque el sol también se refleja en la arena.

¿SPF 50 como medida todo el año para los más pequeños?

El sol está ahí los 365 días del año, pero la cantidad de radiación UV que nos llega depende de muchos factores. Por ejemplo, la exposición no es igual por la mañana o por la tarde, cuando la radiación incide de forma oblicua, que al mediodía cuando la radiación UVB es máxima. También varía en función de la latitud, siendo la intensidad del sol máxima en el ecuador donde la radiación es vertical y, por lo tanto, tiene un camino más corto a través de la capa de ozono. La altitud también es un factor determinante, ya que por cada 300 m. que ascendemos la cantidad de UVB que nos llega aumenta un 4%, lo que explica en parte el mayor riesgo de quemaduras solares en las montañas. Finalmente, la época del año. En julio en el hemisferio norte, el riesgo de quemaduras solares por UVB es 100 veces mayor que en invierno.

Dicho esto, no hay que bajar la guardia y hay que aprovechar los beneficios del sol de forma prudente y con la protección adecuada, según las circunstancias, incluso en invierno, especialmente en el caso de los niños para así reducir los riesgos de exposición solar en el transcurso de la vida.

La piel tiene memoria, y los quemaduras de hoy pueden derivar en graves problemas años después.

Mamás y bebés acaban utilizando la misma protección solar, ¿es bueno?

La gama solar Mustela ha sido específicamente diseñada para las pieles frágiles y vulnerables de los más pequeños. Su alta tolerancia ha sido clínicamente probada incluso en pieles sensibles, intolerantes al sol y atópicas. No contiene perfume y está formulada a base de filtros protectores orgánicos, SPF50/50+ UVB/UVA, seleccionados por su alta tolerancia, y Perséose de Aguacate, un activo natural patentado, que refuerza la barrera cutánea y preserva la riqueza celular de la piel de los más pequeños. Además, sus fórmulas son muy resistentes al agua clorada y salada y resistentes a la arena y a la transpiración, para adaptarse a las actividades de los niños. Los protectores solares Mustela, por tanto, pueden utilizarse no tan solo para los bebés y niños sino para toda la familia. Además, enseñarles desde pequeños a protegerse del sol y hacerlo juntos, en familia, es muy importante.

Por el contrario, en los protectores para adultos, no se tiene en cuenta la especificidad de la piel inmadura de los más pequeños, no siendo adecuados para ellos porque pueden no protegerles suficientemente o incluso ser agresivos para su piel. Para bebés y niños hay que elegir siempre productos cosméticos adaptados a sus características.

¿Por qué debemos desterrar los bronceadores del año pasado?

No es recomendable usar los protectores solares, una vez abiertos, de un año para otro, ya que, por el uso al que van destinados, se exponen a condiciones ambientales muy extremas de temperatura, humedad, a veces contacto con la arena… de forma que no puede garantizarse que, al año siguiente, una vez abiertos, mantengan sus características, la estabilidad de la fórmula y su eficacia protectora. También hay que recordar que mientras se estén usando deben resguardarse, en la medida de lo posible, del calor, por ejemplo, guardarlos en la bolsa y no dejarlos expuestos al sol encima de la arena o de la toalla, ni dejarlos dentro del coche y hay que cerrar bien el envase después de cada uso.

¿Las marcas cada vez invierten más en los filtros solares, para que sean respetuosos también con el medio ambiente? Hawai no deja a nadie bañase que no use bronceadores sostenibles, por ejemplo.

En Mustela estamos desde siempre comprometidos con el cuidado del medioambiente y con un objetivo de progresar para ofrecer productos aún más naturales y sostenibles. La responsabilidad social y medioambiental está en nuestro ADN y empieza desde la concepción de un producto y a lo largo de su ciclo de vida: selección de ingredientes, utilización de envases reciclables, ahorro de plástico, uso de plástico reciclado en los tubos, estuches fabricados con cartón procedente de bosques sostenibles e impreso con tintas de origen vegetal, aprovisionamiento sostenible de materias primas de origen natural bajo control de la UEBT (Unión para el Biocomercio Ético) …. El uso de filtros de protección solar respetuosos con los arrecifes de coral, que cumplen con las leyes de Hawaï, donde han sido pioneros en establecer una ley para proteger esta maravilla de la naturaleza a la vez tan frágil, forma parte de nuestro compromiso global para dejar un planeta mejor a las generaciones futuras.