Según un estudio publicado en la revista Nature, “los mosquitos eligen a quién picar según el dióxido de carbono (CO2) que exhalan”. Así que si haces deporte en verano, ya sabes que serás una de las víctimas favoritas de estos molestos animales.

Pero, ¿por qué los mosquitos pican a unas personas más que a otras? El insecto se ve atraído por el olor y el calor corporal, el dióxido de carbono que se desprende al respirar, la humedad y el movimiento del huésped, en este caso, nosotros. 

El olor corporal se potencia con la transpiración corporal y depende de muchos factores, pero hay dos principales: por un lado, las bacterias que hay en la piel; y por el otro, los compuestos químicos atrayentes como el dióxido de carbono (que también se desprende al respirar), el ácido láctico, el amoniaco, el ácido carboxílico y el octenol. Además, si entrenamos en zonas húmedas, con aguas estancadas o con vegetación, zona de ríos, humedales... se multiplican las posibilidades de ser la víctima perfecta para los mosquitos. 

Una camiseta (y más ropa) anti mosquitos: sí, es real

La idea es de la marca STINGbye, española, quien ha lanzado al mercado las camisetas protectoras de vectores, fabricadas con un tejido tratado con permetrina, que evitan que se acerquen a nosotros los mosquitos y evitando así las picaduras.

Los repelentes que han utilizado son los mismos que se utilizan en los aerosoles solo que ahora fusionados en un tejido y que hacen la misma función repelente sin tener que estar echándote cada 8 horas, y sin que entre en contacto con la piel ni penetre en el organismo, ni te irrite, lo peirdas... 

De hecho, para que el efecto protector dure más (pese a poder lavar la prenda hasta 100 veces sin perder efecto), llevan un tratamiento antibacteriano para evitar olores, otro de los factores que atrae a los mosquitos. 

Las prendas, porque además de camisetas hay coleteros, pantalones, leggins, calcetines, gorras y una línea especializada para mascotas, protegen del mosquito común o tigre, piojos, chinches, garrapatas y ácaros. Actúan como barrera protectora de enfermedades como el Lyme, el virus del dengue, la malaria, la fiebre amarilla o el Zika.