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ELA: qué es, tipos, síntomas y tratamiento

La esclerosis lateral amiotrófica es una enfermedad del sistema nervioso central neurodegenerativa que afecta en España a unas 4.000 personas comprometiendo seriamente su esperanza de vida.

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La Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), conocida como enfermedad de Lou Gehrig (por el famoso jugador de béisbol retirado por esta enfermedad en 1939) o como enfermedad de Charcot (uno de los pioneros de la neurología), es una enfermedad neurodegenerativa rápidamente progresiva caracterizada por una pérdida gradual de las neuronas motoras (o motoneuronas) superiores e inferiores. Estas motoneuronas, que controlan el movimiento de la musculatura voluntaria, disminuyen gradualmente su funcionamiento y mueren.

Según comparte la Fundación Luzón, la consecuencia de la desaparición de las neuronas motoras en la corteza cerebral, tronco del encéfalo y médula es una debilidad muscular que avanza amenazando gravemente la autonomía motora, la comunicación oral, la deglución y la respiración. Es decir, los pacientes comienzan a tener problemas en funciones básicas como caminar, tragar, hablar o levantarse de la cama.

La ELA avanza gradualmente provocando una atrofia muscular y la parálisis en casi todos los músculos del cuerpo. Sin embargo, esta enfermedad no afecta a la musculatura ocular, al control de esfínteres ni a la sensibilidad cutánea. Tampoco suele producir daños en la capacidad cognitiva del paciente, si bien aproximadamente un 10-15% puede presentar signos de demencia frontotemporal y en más del 35% de los casos se detectan signos de deterioro cognitivo.

A diferencia de lo que ocurre en otras enfermedades neurodegenerativas, la ELA no se caracteriza por producir una pérdida de la consciencia o la capacidad cognitiva del paciente.

Se estima que en España cada año se diagnostican 900 nuevos casos de ELA y se calcula que en estos momentos conviven con la enfermedad unas 4.000 personas. Afecta principalmente a adultos entre 40 y 70 años, aunque hay muchos casos descritos en pacientes más jóvenes, mientras que la proporción entre hombres y mujeres es aproximadamente 1/3 a favor de los varones. Se calcula que la esperanza de vida media es de unos 5 años.

¿Cuáles son las causas de la ELA?

Las causas de la ELA se desconocen. La ciencia aún no ha logrado establecer la secuencia que origina la ELA, sin embargo, se está demostrando que la ELA es una enfermedad que responde a una combinación de factores genéticos y ambientales. Sólo entre el 5 y el 10% de los pacientes de ELA tienen o han tenido familiares de primer o segundo grado con la misma enfermedad o con Demencia Frontotemporal, es decir, son casos hereditarios.

¿Cuáles son los síntomas de la ELA?

No todos los pacientes con ELA experimentan los mismos síntomas ni las mismas secuencias o modelos de progresión. El inicio de los síntomas dependerá de la gravedad y la localización de los cambios degenerativos en las motoneuronas del tronco cerebral y la médula espinal. En un intento por describir los síntomas incluidos en el curso de la enfermedad desde una perspectiva general, la ciencia incluye:

  • Debilidad muscular en uno o más de los siguientes: manos, brazos, piernas o los músculos del habla, de la acción de tragar o de la respiración.
  • Movimientos musculares anormales y calambres musculares (especialmente en manos y pies) y pérdida de reflejos.
  • ‘Tragarse las palabras’ y dificultad para proyectar la voz. Un tercio de los pacientes se inician de forma bulbar. Esta es una variante de esclerosis lateral amiotrófica en la que los primeros síntomas son dificultades para hablar y tragar.
  • En etapas más avanzadas, falta de aliento y dificultad para respirar y tragar.

Diagnóstico de la ELA

No existe una prueba específica que te ofrezca el diagnostico, por lo que éste se va a basar en los síntomas clínicos, la presencia en la exploración física de signos de primera y segunda neurona motora y el examen electromiográfico. El resto de las exploraciones se harán para excluir enfermedades que puedan dar síntomas similares y sean potencialmente tratables Además se realizará al paciente una resonancia nuclear magnética, cerebral o espinal, y una batería de análisis de sangre y de orina específicos.

Tipos

La Sociedad Española de Neurología establece dos tipos de esclerosis lateral amiotrófica.

En función de la región en la que se presentan los síntomas inicialmente:

  • ELA bulbar. Hace referencia a los casos en los que la enfermedad comienza afectando primariamente las neuronas motoras localizadas en el tronco del encéfalo. Este tipo de ELA se manifiesta en alrededor del 25% de los pacientes.
  • ELA medular o espinal. La ELA de comienzo medular generalmente comienza manifestándose en pérdida de fuerza y debilidad en las extremidades, con diseminación posterior al resto de la musculatura corporal incluyendo alteración bulbar y, por último, falla respiratoria. Este tipo representa el 65% a 70% de los casos.

En función de si aparece un patrón familiar o no, la ELA se clasifica en:

  • ELA familiar. Se considera así, cuando el paciente tiene al menos dos parientes de primer o segundo grado con la enfermedad. Su origen es genético y de naturaleza hereditaria. Justifica el 10% de los casos de ELA.
  • ELA esporádica. Si no se identifican antecedentes familiares, el diagnóstico es de ELA esporádica. Esta forma de ELA, cuyas causas son desconocidas, agrupa a alrededor del 90% de los enfermos.

¿Cuáles son las fases de la ELA?

Fase inicial: la edad media de inicio de la enfermedad se sitúa a partir de los 50 años, aunque existen casos precoces. El inicio será espinal en forma de debilidad distal en manos o miembros inferiores. También puede iniciarse con una anormal pérdida de la masa muscular o de peso corporal. La lenta progresión inicial y la ausencia de dolor hace que el paciente tarde en acudir al profesional. Más llamativo es el inicio bulbar, con alteración del habla o la deglución. Un 3% de casos harán un debut respiratorio.

Desarrollo: La progresión de la enfermedad es normalmente asimétrica. A veces, es muy lenta, desarrollándose a lo largo de los años y teniendo períodos de estabilidad con un variable grado de incapacidad. Otras veces su desarrollo es rápido.

Fase final: El paciente con ELA suele ser conocedor de su enfermedad así como de su evolución. De ahí que, con el tiempo, a los progresivos cambios físicos se añadan problemas psicológicos relacionados con el temor a la muerte y a la incapacidad física. Los más comunes son el sufrimiento y la ansiedad. El paciente con ELA llega a volverse totalmente dependiente hasta fallecer, generalmente, por insuficiencia respiratoria.

Cura de la ELA

La ELA ha sido durante años una enfermedad invisible para la sociedad. Ha pasado tan desapercibida que no se han conseguido avances significativos para detener su progresión o curar la enfermedad, debido no sólo a la gran complejidad de la enfermedad, sino a.la falta de apoyo económico e institucional. De ahí que, a día de hoy, no exista ningún tratamiento curativo eficaz contra la ELA. Se han ensayado muchas sustancias sin demostrar efectividad en todos los casos.

Tratamiento del ELA

Actualmente, el principal objetivo del tratamiento de la ELA es prolongar la supervivencia y mejorar la calidad de vida de los pacientes a través de medicamentos y cuidados. Así, el mejor tratamiento es una combinación de agentes neuroprotectores, manejo sintomático, nutricional y soporte ventilatorio

  • Medicamentos: Riluzol fue aprobado por la FDA a finales de 1995. Este fármaco antiglutamato permanece, a día de hoy, como la única terapia modificadora del progreso de la enfermedad autorizado en España. Hay fármacos que ayudan a combatir el conjunto de síntomas que acompañan a la enfermedad (los calambres, la espasticidad, las alteraciones en el sueño o los problemas de salivación), prevenir las complicaciones innecesarias y facilitar la vida a los pacientes y familiares. También existen tratamientos para ayudar con el dolor, la depresión y el estreñimiento.
  • Terapia física: La terapia física y un equipo especial pueden aumentar la independencia de la persona y su seguridad durante el curso de la ELA.
  • Terapia del lenguaje: Las personas con ELA que tienen dificultad para hablar pueden beneficiarse de trabajar con un terapeuta del lenguaje que les enseñe estrategias para hablar más fuerte y más claro. A medida que evoluciona la enfermedad, les pueden ayudar a mantener la habilidad para comunicarse. También pueden recomendar ayudas como sintetizadores de lenguaje computarizado.
  • Apoyo nutricional: El apoyo nutricional es una parte importante del cuidado de las personas con ELA porque se ha demostrado una relación entre la pérdida de peso y progresión de la enfermedad así como con la citada del fuelle respiratorio si pierden peso.
  • Apoyo para respirar: A medida que los músculos responsables de la respiración comienzan a debilitarse, las personas pueden sentir una falta de aliento durante la actividad física y dificultad respiratoria al dormir o cuando están acostadas. Los médicos pueden evaluar la respiración del paciente para determinar cuándo recomendar un tratamiento llamado ventilación no invasiva (VNI).A medida que la enfermedad evoluciona y los músculos se debilitan más, puede ser necesario considerar formas de ventilación mecánica (respiradores).