Diferencias definitivas entre prebióticos y probióticos
Con motivo del Día Mundial de la Salud Digestiva, es recomendable apostar por una dieta rica en fibra prebiótica que nos ayude a mantener nuestra flora intestinal equilibrada.
Microbiota, flora intestinal, prebióticos, probióticos… son conceptos que solemos ver a menudo en nuestro día a día, pero, si nos paramos a pensar, ¿sabríamos explicar en qué consisten cada uno de ellos? Con motivo del Día Mundial de la Salud Digestiva, organizado por la World Gastroenterology Organisation cada 29 de mayo, queremos comprender mejor estos términos y poner en valor la importancia de cuidar nuestra salud digestiva. Para ello, preguntamos para Deporte y Vida a Deisy Hervert, doctora en nutrición humana y responsable de Nutrición de Kellogg´s.
¿Qué es la flora intestinal y por qué debemos cuidarla?
También conocida como microbiota intestinal, la flora intestinal es el conjunto de microorganismos que viven en nuestro intestino. La mayoría son bacterias que viven en todo el sistema digestivo, sobre todo en el intestino grueso, y se multiplican por millones dentro de nosotros. Por ejemplo, la flora intestinal de una persona adulta de unos 70 kg se compone de más de 100 billones de bacterias de unas 500 a 1.000 especies distintas.
El correcto cuidado de estos microorganismos puede ser esencial para el bienestar general de las personas ya que puede repercutir en el resto del cuerpo. De hecho, la flora intestinal puede contribuir a la defensa del propio organismo ayudando a la respuesta frente a enfermedades o contribuir al funcionamiento correcto de nuestro sistema digestivo con el alivio de los síntomas del estreñimiento, entre otras funciones.
La importancia de cambiar una letra: probióticos y prebióticos
Para cuidar de nuestra salud digestiva y nuestra flora intestinal, mantener una dieta equilibrada y unos correctos hábitos alimentarios es fundamental, tal y como señalan desde la propia Fundación del Aparato Digestivo. En este sentido, a la hora de hablar de dieta, es cuando aparecen conceptos como prebióticos y probióticos que son esenciales que conozcamos y diferenciemos para poder ayudar a nuestra flora intestinal.
Cuando hablamos de probióticos nos estamos refiriendo a microorganismos vivos que, cuando se administran en cantidades adecuadas, confieren un beneficio a la salud del consumidor. Algunos de los alimentos que podemos añadir a nuestra dieta para contar con una cantidad adicional de probióticos en nuestra flora intestinal son el yogurt, el kéfir, el queso crudo o el kimchi coreano.
Sin embargo, cuando alguien habla de prebióticos está haciendo referencia a aquellos compuestos no digeribles, en su mayoría fibras, que estimulan la actividad o crecimiento de microorganismos importantes de nuestra flora intestinal, que pueden tener un efecto positivo en nuestra salud. En definitiva, podríamos decir que los prebióticos sirven de alimento para las bacterias intestinales como los probióticos.
Uno de los factores que pueden alterar el equilibrio de las bacterias de nuestro organismo es el ajetreado ritmo de vida que seguimos a diario, por lo que empezar el día ingiriendo alimentos con fibra prebiótica es una manera de ayudar a cuidar las bacterias importantes de nuestro organismo. “Los prebióticos actúan como sustrato de microorganismos intestinales importantes, facilitan la absorción de minerales como el calcio o ayudan al tránsito intestinal, entre otras funciones, por lo que su papel es muy importante”.
Cuándo tomar prebióticos: desde el primer momento del día
En este sentido, uno de los prebióticos más conocidos, la fibra de raíz de achicoria está presente en All-Bran Prebiotic, la nueva gama de granolas de Kellogg´s que también incluye fibra de salvado de trigo para ayudar a la flora intestinal y a mantener la salud digestiva. Dirigido a las personas que buscan cuidarse de manera preventiva, esta gama ofrece todo lo bueno de los prebióticos en un formato cómodo, sabroso y conveniente de granolas de cereales.
Las dos variedades de All-Bran Prebiotic, con semillas clásicas y de almendras y pipas de calabaza, tienen en su fórmula avena como principal ingrediente y tan solo 2,4 gramos de azúcares por ración recomendada de 45 gramos, por lo que son una opción excelente para ayudar a la población a alcanzar un nivel de ingesta de fibra adecuado de manera sencilla.
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