Desde su irrupción en por primera vez en diciembre de 2019 en la ciudad de Wuhan, provincia de Hubei (China), la percepción de muchos es que nos encontrábamos ante un problema exclusivo del del gigante asíatico y como mucho de los países colindantes. Pero lo cierto es que algo más de dos meses después el SARS-CoV-2, un tipo de coronavirus que produce una nueva enfermedad denominada COVID-19, ha llegado para quedarse y se ha convertido en un verdadero problema mundial.

Más allá de las implicaciones que conlleva para las personas que sufren la enfermedad, la realidad es que su incidencia trasciende mucho más allá de lo meramente relacionado con la salud y amenaza otros ámbitos de la vida. En los últimos días se están tomando medidas importantes en el ámbito educativo que suponen el cierre de centros educativos y la suspensión de las clases, como está sucediendo en la Comunidad de Madrid o La Rioja, algunas localidades del País Vasco o algunos centros asturianos.

Llegados a este punto conviene tener en cuenta que los niños, meros espectadores en medio de la tempestad, son quienes sufren las consecuencias y pueden sentirse abrumados por momentos. ¿Qué es el coronavirus? ¿Por qué no puedo ir a la escuela? ¿Son vacaciones? Estas son algunas de las preguntas que pueden rondarles por la cabeza y conviene que los padres sepan satisfacer esa curiosidad desde la la responsabilidad.

Lo primero es abordar el por qué de la situación. Quizá sea recomedable preguntarles qué saben sobre el nuevo coronavirus y qué dudas tienen, tratando siempre de responderles de manera sencilla y transmitiendo calma. “Es un nuevo virus que se descubrió en China en diciembre de 2019”, supone una forma concisa de definirlo, añadiendo que cuáles son los síntomas para que acudan a un adulto en casos de sentirse indispuestos e incidiendo en las medidas básicas de higiene que deben emplear.

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Luego habrá que abordar la cuestión de por qué se han suspendido las clases y lo que conlleva. En este sentido, la profesora del Grado en Psicología de la Universidad Internacional de Cataluña (Barcelona) y psicóloga escolar Blanca Batllori indica que los adultos deben explicar a los niños "con tranquilidad y lógica" el cierre temporal de las escuelas a causa del aumento de casos de coronavirus.

“Es recomendable que los padres expliquen la situación a los menores de manera sencilla, poniendo ejemplos de la vida cotidiana, dando respuestas claras y sin permitir que el miedo les invada, teniendo en cuenta que los niños están expuestos a mucha información".

No son unas vacaciones

Además, durante el tiempo que los menores permanezcan en casa, la psicóloga afirma que es necesario "organizarles un horario" y "explicarles que no están de vacaciones, que deben seguir con sus tareas escolares según la edad y el curso". "Pasarse dos semanas en casa mirando la televisión o jugando a la consola no es positivo. Es recomendable encontrar también momentos para hacer actividades al aire libre según la edad", añade.

De igual forma, la experta aboga por no convertir ciertas medidas de contención en verdaderos “rituales y obsesiones” para niños y adolescentes como "lavarse las manos de manera exagerada, querer salir de casa sólo con mascarilla o alejarse de los niños que tosen o estornudan”.

"Tranquilizarlos, hablar con ellos y no mostrarnos exagerados les ayudará a reducir este tipo de respuestas. Si nosotros mostramos preocupación excesiva, aumentará su ansiedad", concluye Blanca Batllori.