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PSICOLOGÍA

Síndrome del niño hiperregalado: la importancia de establecer límites

Con la visita de los Reyes Magos en el horizonte, es importante no incurrir en la tentación de priorizar la cantidad de regalos, que podría transmitir valores negativos a lo más pequeños del hogar.

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Los niños viven en estos momentos unas horas de enorme ilusión. La visita de los Reyes Magos, que inundará millones de hogares de regalos, se espera con especial impaciencia entre los más pequeños, pero es importante establecer unos límites coherentes a la situación y acompañarles en el momento de no poder cumplir todos sus deseos.

Los padres juegan en este sentido un papel fundamental. Por un lado, no deberían proyectar en sus hijos sus propias carencias afectivas o sentimientos de culpabilidad sobre su labor en la crianza, mientras que por otro lado deben ser capaces de evitar una larga lista de regalos que pueden tener consecuencias negativas en su desarrollo.

La clave está en la relación emocional que existe entre padres e hijos. Es cierto que puede tener un efecto contraproducente en los niños recibir un exceso de regalos. Es el síndrome del niño hiperregalado. Por un lado, acaban tan saturados de regalos que hay pérdida de ilusión pues solo valoran la cantidad, y por otro lado si reciben siempre lo que quieren acabamos convirtiéndolos en tiranos insatisfechos que se frustran y entran en ira cuando no consiguen lo que desean en un momento en concreto”, explica Javier Mota Palanca, psicólogo del Hospital Vithas Valencia Consuelo.

“Los progenitores deben ser conscientes de que no pueden proyectar en sus hijos sus propias carencias afectivas o sentimientos de culpabilidad sobre su labor en la crianza. Estos dos aspectos unidos a la dinámica consumista de la sociedad, el estrés y el ritmo de vida de los padres pueden llegar a convertir al hijo en su majestad el niño”, añade el especialista.

Formación de los padres

Por todo ello, Javier Mota Palanca aboga por centrar cualquier tipo de intervención sobre los padres. “Los niños no tienen la madurez suficiente y piden sin control empujados además por una publicidad constante dirigida exclusivamente a ellos, y ahí juegan un papel fundamental los padres o tutores legales”, asegura.

“Una de las pautas a seguir, sería que los padres pusiesen límites coherentes a la situación y acompañarles en el momento de no poder cumplir todos sus deseos. De esa forma, ayudándoles a desbloquearse de esa rabia y frustración, aprenderán a gestionar emociones”, concluye.