Reconozcámoslo, muchas veces no les prestamos la suficiente atención pero los pies son una de las zonas del cuerpo más susceptibles de sufrir determinadas lesiones con la llegada del frío, que pueden perfectamente mermar nuestra movilidad y calidad de vida. Por ello, en pleno invierno, con frío, y temporales de lluvia y nieve, conviene no infravalorar su cuidado e higiene.

“Existen muchas lesiones en esta parte tan importante del cuerpo debidas a la bajada de temperaturas. Prestar atención a las señales que nos envían nuestros pies y realizarse chequeos periódicos es la guía para evitar complicaciones”, explica Berta Mayol, especialista en podología de Clínicas Creu Blanca, que destaca alguna de las afecciones más habituales.

Lesiones en los pies debidas al frío

• Congelación: se produce una isquemia arterial, se corta el riego sanguíneo a esa zona quedando con aspecto negro denominado necrosis. Se observa sobre todo en montañistas, personal militar y personas que duermen y viven a la intemperie. El tratamiento nunca es conservador, salvo en estadios muy iniciales.
• Sabañones o Perniosis: son lesiones dérmicas causadas por una vasoconstricción arterial y venosa local con exceso de humedad. El aspecto es rojo-violáceo, están frías y tumefactas. Se suelen localizar en zonas acras (dedos de los pies y de las manos).
• Pie de Trinchera: se describió en la Primera Guerra Mundial. El exceso de humedad y llevar las botas muy apretadas dificultaba la circulación de la sangre, provocando que la piel se macerase. El tratamiento consiste en restablecer los parámetros normales: hidratación, higiene y temperatura.
• Acrocianosis y Eritrocianosis: son dermatosis por sensibilidad al frío que se producen por una dilatación del plexo venoso, provocando que la piel esté fría al tacto. La eritrocianosis es más grave y en ocasiones pueden darse lesiones ulcerativas.
• Fenómeno de Raynaud: es un fenómeno que se da con espasmos vasculares debido a temperaturas bajas y ante situaciones de estrés. La apariencia es una piel blanquecina y en las zonas distales rojas la temperatura dérmica es fría y la sensibilidad está muy disminuida.
• Livedo Reticularis: la apariencia es como una malla o red cianótica y secundaria a otras enfermedades dérmicas y sistémicas.

Cómo cuidar los pies cuando hace frío

• Uso de calcetines de fibras naturales (ej. algodón) para ayudar en la transpiración.
• Llevar calzado adecuado, de materiales naturales, transpirable, y con la suela antideslizante, que no apriete para no dificultar la circulación.
• Es conveniente secar los pies después de su lavado.
• Hidratar y masajear la zona es recomendable para estimular la circulación.

“En el caso de que la sensación de frío se mantenga nos podría estar indicando que existe algún tipo de patología, por lo que sería conveniente acudir a la consulta de podología para que un experto ejecute un diagnóstico personalizado de la situación”, concluye la experta.