Las campeonas del año pasado, Los Ángeles de Buly, entregaban el premio a las componentes del equipo Alto Voltaje, procedente de Madrid y que ha sido entrenado por el trainer Carlos de Castro ‘Charly’. Y es que por cuarto año consecutivo un equipo femenino se ha hecho con la medalla del Consejo Mundial de Boxeo, el WBC, como el mejor equipo de fitboxing del mundo.

Preguntamos para Deporte y Vida a Charly sobre la preparación física, cómo han llegado las integrantes a esta final y cómo ha sido el desarrollo de un fin de semana de esfuerzo al máximo nivel.

Cómo es el fitboxing

El fitboxing es una disciplina deportiva en la que se mezclan golpes de boxeo y kickboxing, siempre sin contacto. Los sacos a los que se golpea tienen integrados sensores que registran la intensidad con la que se pega y si se sigue el ritmo marcado para cada rutina de golpeo. En el Brooklyn Fitboxing World Championship, además de esa puntuación, árbitros certificados se encargan de valorar la técnica del equipo, todos tienen que golpear al unísono.

Las integrantes del equipo ganador son: Ana Monteri, teresa García-Peñuela, Marta Gil y Pepa Abad. No todas llevan el mismo tiempo practicando fitboxing, la más veterana lleva cuatro años entrenando pero hay otras integrantes que dos.

“La fuerza no lo es todo, lo importante es la técnica y que el equipo vaya completamente sincronizado, que golpeen al saco como uno solo”, explica Jesús Blanco, Master Trainer de Brooklyn Fitboxing. Esta es la razón por la que hombres y mujeres pueden competir en la misma categoría.

¿Cómo ha sido la preparación del equipo para el campeonato?

Era un equipo totalmente nuevo. Decidí juntar a Teresa, Ana, Marta y Pepa ya que tenían la ilusión que yo buscaba. La preparación se basó, sobre todo al principio, en que conectaran como equipo. No hablando a nivel entrenamientos sino más tirando por el ambiente social y establecer una relación más cercana entre todas.

El mundial de Brooklyn es una carrera de fondo, muy exigente a nivel físico y mucho más aún a nivel mental. Con el paso de los combates prima más una buena preparación mental y eso también estaba entrenado. Equipo muy autoexigente al que simplemente había que ir dándoles forma como si fueran una figura de arcilla.

Lo que prima en Brooklyn es, sobretodo, parecer un bloque, ir totalmente coordinadas como si fueran una sola persona. Esto se consiguió, además de entrenando por nuestra cuenta fuera de los horarios del centro, yendo ellas mismas a entrenar a las propias clases juntas.

La preparación de Alto Voltaje ha sido de admirar, compromiso desde el principio, ganas de competir, pasárselo bien y sobretodo, de aprender.

Usaba post-it en los sacos para marcar los golpes, cuerdas para marcar distancias y alturas, grabaciones a cámara lenta para corregir posturas, golpes y desplazamientos con el fin de conseguir ser como una orquesta totalmente afinada.

Las dos semanas de antes eran entrenamientos a nivel competición, mismo ritmo que el mundial para ir acostumbrando al cuerpo a ese tipo de esfuerzos.

En cada golpe al saco quedó demostrado que todas las horas de entrenamiento merecieron la pena.

Físicamente, ¿cómo habéis conseguido llegar hasta la final en buen estado después de todo el día compitiendo?

Además de tener muy buen físico Teresa, Ana, Marta y Pepa, llevamos a cabo una rutina de descanso durante la semana que nos sirviera para llegar en plenas facultades a la competición. Una vez allí, la hidratación entre round y round compitiendo y la alimentación entre combate y combate era de vital importancia ya que esta actividad conlleva un gran esfuerzo.

Mentalmente hablando son muy fuertes. Tras cada combate nos juntábamos todos y comentábamos lo que había pasado, como nos veíamos, críticas constructivas, consejos, éramos uno sólo. Son muchas horas de competición, mucha exigencia para la mente el recordar todos los Challenges y conceptos técnicos de cada uno, pero en los ratos libres sobretodo tratábamos de relajarnos y pensar en el siguiente combate.

¿Cómo de importante es la motivación del equipo y que se haga piña?

Para mí la motivación y el ser una piña como equipo era lo más importante. Camina sólo y llegarás antes, camina acompañado y llegarás mucho más lejos, esa es mi filosofía como entrenador.

Motivar a los equipos les hace crecer, y sobretodo, creer en ellos les crea ese sentimiento de motivación que se necesita. Si no crees en tus equipos, nadie lo hará y como trainer tienes que dar un paso al frente, coger la batuta y hacer que vean realmente lo grandes que son.

Lo bonito es el mundial y vivirlo, pero no hay nada más bonito que el camino hacia el World Brooklyn Championship y sobretodo, el post a la competición, el haber creado un vínculo con todos y cada uno de tus equipos en los que prima el buen rollo, el sentimiento de unión y el saber que aquella persona que tienes al lado de tu saco va a apoyarte siempre, al igual que los que se quedan animándote y como no, el trainer que con orgullo no le queda más que sonreír, aplaudir, emocionarse y agradecer tanto esfuerzo y dedicación.