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PSICOLOGÍA

Hacer labores de voluntariado y dedicar el tiempo a los demás incrementa la felicidad

Un estudio de la Universidad de Macquarie (Australia) concluye que participar en labores de voluntariado hace más felices a las personas, que también se siente más saludables.

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El voluntariado produce un aumento de la felicidad fruto de la frecuente socialización y el sentimiento de pertenencia a una comunidad en general y a un vecindario en particular. Es la principal conclusión de una investigación a cargo de expertos de la Universidad de Macquarie (Australia), que además indica que el impacto es mayor incluso en aquellas personas más infelices antes de iniciar labores altruistas.

“La pregunta que abordamos en el trabajo es si el voluntariado como una forma de conectarse con las personas y participar en la sociedad sin ánimo de lucro, realmente puede afectar la forma en que te percibes a ti mismo, una medida subjetiva de bienestar. Pero también si las medidas objetivas de bienestar, incluida la salud mental, en realidad pueden beneficiarse de este tipo de actividad", explica Lisa Magnani, directora del Departamento de Economía de la Universidad de Macquarie.

El estudio se basó en los datos de HILDA, la encuesta de ingresos del hogar y dinámica laboral en Australia. Una de las encuestas longitudinales más grandes del país, que recopila información sobre 17,500 familias en 9500 hogares desde 2001, incluidos datos sobre su satisfacción general con la vida y salud mental. Y los resultados de la investigación, publicada en la revista ‘Journal of Behavioral and Experimental Economics’, fueron inequívocos: el voluntariado tiene un impacto claro y positivo en las personas, particularmente entre aquellos que no están contentos.

“Nuestros hallazgos respaldan la idea de que el voluntariado tiene un impacto considerable en el bienestar; es capaz de compensar la infelicidad causada por el desempleo, por ejemplo, en un factor del 20 al 50 por ciento: si queda desempleado, su medida de felicidad va del 10 al 5, y hasta la mitad de esa pérdida puede recuperarse con labores de voluntariado. Es bastante sustancial", indica Lisa Magnani, que además constató que el perfil del voluntariado hacía referencia a personas mayores y mujeres, que además mostraban un buen estado de salud en general.

Voluntariado y economía

La experta australiana también asegura que los resultados son importantes desde un punto de vista económico ya que un aumento en el número de voluntarios, ante los recortes presupuestarios y su incidencia en las políticas sociales, pueden mantener una alta calidad asistencial en difernetes entornos como hospitales y colegios, entre otros.

“La estabilidad económica es una cosa, pero la felicidad, la satisfacción y el bienestar subjetivo no pueden comprarse con dinero. El voluntariado puede ser una forma de participar en la sociedad mientras no existe estabilidad laboral, debido a empleos más precarios. También puede llamar la atención sobre cómo podría organizarse el mercado laboral para conectar mejor a las personas”, explica.

"Los empleos en muchas ocasiones carecen de una dimensión social: no estamos conectados entre nosotros, estamos frente a una computadora todo el día, nos sentimos precarios y extremadamente aislados. Y el aislamiento es uno de los principales factores de riesgo de la depresión, la ansiedad y la mala salud mental, por lo que a veces el voluntariado puede compensarlo”, concluye Magnani.