Cada vez existen más evidencias de que las personas optimistas obtienen importantes beneficios de tener una actitud positiva frente a la vida. Recientemente, una investigación conjunta de la Facultad de Medicina de la Universidad de Boston (BUSM) y la Universidad de Harvard concluía que los hombres y mujeres más optimistas tenían, en promedio, una vida útil más larga, entre el 11 y el 15 por ciento, y tenían además entre un 50 y 70 por ciento más probabilidades de alcanzar los 85 años en comparación quienes eran menos optimistas.

Un extremo que parece confirmar una revisión de 15 estudios a cargo de investigadores del Hospital Monte Sinaí San Lucas de Nueva York (EEUU) que incluye datos de más de 239.000 pacientes. Según los expertos, ver el vaso medio lleno en lugar de medio vacío, supone en las personas optimistas menor riesgo de sufrir enfermedades coronarias y, posiblemente, vivir más años que un pesimista.

"El optimismo se relacionó con un menor riesgo de complicaciones cardiovasculares y el pesimismo se relacionó con un mayor riesgo de estas complicaciones. Así pues, la promoción del optimismo y la reducción del pesimismo pueden ser importantes para la prevención de enfermedades", explica Alan Rozanski, principal autor del trabajo publicado en ‘JAMA Network Open’.

“Los beneficios cardiovasculares y psicológicos del optimismo lo convierten en un nuevo y atractivo campo de estudio dentro de la cardiología del comportamiento", añade el investigador.

El optimismo es modificable

Según los expertos el optimismo es uno de esos activos psicosociales que tiene el potencial de extender la esperanza de vida humana como consecuencia, entre otras cosas, de que quienes se muestran más optimistas tienden a tener hábitos más saludables. Y lo que es más importante, el optimismo puede modificarse usando técnicas o terapias relativamente simples.