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PSICOLOGÍA

Dismorfobia: el trastorno mental que te hace odiar tu cuerpo

El Trastorno Dismórfico Corporal es la fobia o rechazo exagerado hacia una parte del propio cuerpo. Quienes lo sufren perciben de forma obsesiva defectos que pueden ser reales o imaginados.

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Dismorfobia
as.com

La mente es un peligro. Es la clave del equilibrio físico y emocional. Origen de muchos trastornos que no siempr se pueden controlar, hoy os hablamos de la dismorfobia, el Trastorno Dismórfico Corporal es la fobia o rechazo exagerado hacia una parte del propio cuerpo.

Las personas que lo sufren perciben de forma que puede llegar a ser obsesiva claros defectos, carencias o deformidades que pueden ser reales o imaginadas. Es un trastorno clínico común, aunque poco estudiado, que puede llevar a tener graves consecuencias para la autoestima y la salud.

Cómo trabajar la dismorfobia

"Las principales causas de este problema son la baja autoestima, la adquisición de un lenguaje negativo acerca del propio cuerpo, pensamientos autoderrotistas, y los estereotipos o cánones de belleza establecidos. El entorno tiene un papel clave", afirman desde el Grupo Laberinto.

Esta obsesión por el físico afecta tanto a hombres como mujeres, especialmente en edad adolescente, acentuándose además si tienen una imagen pública o viven de ella y tienen un alto estatus. También se da con frecuencia en personas con trastornos de la conducta alimentaria como la anorexia o bulimia. No es fácil lidiar con las percepciones, por eso es tan complicado salir de esa negatividad.

Las personas que lo padecen pueden llegar a protagonizar verdaderos desequilibrios emocionales como depresión, ataques de ansiedad y aislamiento social. "Muestran sentimientos de vergüenza y no pueden evitar compararse físicamente con otras personas. Caen en verdaderos rituales de cuidado estético como el abuso del maquillaje o un tipo de ropa concreta para desviar la atención; algunos comprueban constantemente su imagen en los espejos y otros, los evitan", explican.

Da igual casi lo que piensen que está mal, puede ser desde un punto en el codo, a defectos en la piel como manchas, acné o arrugas, algo en los dientes, pecho, cicatrices, asimetría facial, nariz, abdomen, orejas, y, en los hombres, además, los genitales.

El tratamiento tiene el objetivo de que la persona que lo padece tenga una visión más realista de lo que ella considera un “defecto”, que puede que no lo sea, pero la mente así lo percibe. "Pero, además de eso, es crucial trabajar la autoestima, seguridad y valorar sus cualidades. Incluye terapias psicológicas, medicamentos o ambas cosas, según la gravedad del trastorno".

Las redes sociales, tanto en adultos como en jóvenes, no son buenas consejeras. Y los amigos que se hacen en momentos puntuales como la noche, no siempre conocen a la persona, haciendo tal vez más daño en la imagen que se transmite en un momento determinado o de fragilidad como es salir de la zona de confort.