El bruxismo es una disfunción de la articulación temporomandibular (ATM) que se encuentra entre el hueso temporal y la mandíbula. Esta patología, que puede afectar tanto a niños como adultos, tiene un origen multifactorial, aunque una de las principales causas de su aparición es el estrés, con el que muchos ciudadanos tienen que lidiar, por ejemplo, al regreso de las vacaciones.

El bruxismo se caracteriza por la alteración de los músculos mandibulares y de las estructuras adyacentes. De igual forma, la unión disco-cóndilo se ve afectada en diferentes grados, lo cual marcará la evolución de las diferentes fases de una patología que es conveniente no menospreciar y diagnosticar cuanto antes.

“Se deben realizar diversas pruebas, como modelos articulados de la cavidad oral, radiografías y resonancias magnéticas para valorar el problema y aplicar un tratamiento correcto y personalizado para que no se complique la enfermedad. Es de vital importancia saber cómo tratar el bruxismo con el fin de mejorar la calidad de vida del paciente y evitar problemas mayores”, explica el Dr. Castro, presidente del Consejo General de Dentistas.

¿Cuáles son sus causas?

• Maloclusión.
• Asimetría esquelética.
• Artritis.
• Trastorno degenerativo e inflamatorio de las articulaciones temporomandibulares.

¿Cuáles son los síntomas?

• Dolor de cabeza.
• Dolor de cuellos.
• Molestias en los músculos de la cara.
• Desgaste dental.
• Chasquidos al abrir o cerrar la boca.

¿Cuál es el tratamiento?

• Lo más habitual para abordar el bruxismo es el uso de una férula de descarga, cuya función no es otra que reposicionar los cóndilos y relajar los músculos de manera progresiva. Al mismo tiempo, disminuye la tendencia a apretar los dientes e impide que se desgasten. Es habitual que se use al dormir.
• Los analgésicos y los antiinflamatorios también disminuyen la inflamación y las molestias típicas de esta patología.
• La cirugía sólo se recomienda en casos extremos.
• Es aconsejable acudir al fisioterapeuta, que ayudará a recuperar y proteger la función de la articulación de la mandíbula y a corregir defectos posturales.
• Además, se recomienda adoptar unos hábitos alimenticios saludables y realizar ejercicio físico para reducir el estrés y así evitar el bruxismo.