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Dejar de fumar reduce el riesgo de enfermedad cardiovascular un 39% en cinco años

Un estudio asegura que para que el riesgo se equipare al de un no fumador se necesitan al menos de cinco a 10 años, y puede que hasta 25 años por lo que cuando antes se abandone este hábito mejor.

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Sin paños calientes. Según la Fundación Española del Corazón (FEC), una persona fumadora multiplica por dos o por tres el riesgo de sufrir un infarto, mientras que siete de cada ocho muertes súbitas cardiovasculares se produce en fumadores. Por ello, dejar atrás las más de 4.000 sustancias tóxicas que contiene un cigarrillo es una de las decisiones más importantes que puedes tomar en relación con tu salud.

Una reciente investigación, publicada en el 'Journal of the American Medical Association' (JAMA), concluye que los fumadores con un historial de tabaquismo de al menos 20 años, pueden reducir su riesgo de enfermedad cardiovascular en un 39 por ciento en cinco años si dejan de fumar. Aunque para que el riesgo se equipare al de un no fumador se necesitan al menos de cinco a 10 años, y puede que hasta 25 años por lo que cuando antes se abandone este hábito mejor.

"El sistema cardiovascular comienza a recuperarse con cierta rapidez tras dejar de fumar, incluso para las personas que han fumado mucho durante décadas. La recuperación total podría llevar años, por lo que ahora es un buen momento para dejar de fumar y pensar en cuidar la salud del corazón", explica Hilary Tindle, de la Universidad de Vanderbilt (EEUU) .

Beneficios a corto, medio y largo plazo

Una línea que comparte la FEC, que explica los beneficios que dejar de fumar conlleva prácticamente de manera inmediata:

  • A los 20 minutos de la última calada la presión arterial baja hasta normalizarse.
  • Tras 8 horas el monóxido de carbono reduce su tasa sanguínea a la mitad.
  • En poco tiempo mejora la frecuencia cardíaca y el control de la tensión.
  • Disminuye el riesgo de arritmias.
  • A los 7 días los bronquios van recuperando su tono, por lo que el ex fumador empieza a respirar mejor y reduce las posibilidades de infecciones broncopulmonares.
  • La capacidad para el ejercicio físico aumenta.
  • Al año, quien ha sufrido un infarto y ha dejado de fumar, reduce a la mitad el riesgo de sufrir otro.
  • Se reduce notablemente el riesgo de ateroesclerosis, un proceso de degeneración de las arterias que puede derivar en trombos que producen infartos.
  • Transcurridos 5 años desde el último cigarrillo, el riesgo de enfermedad cardiovascular disminuye enormemente.
  • Si se deja de fumar antes de los 40, a partir de cinco años el ex fumador tendrá un riesgo cardiovascular similar al de una persona de su edad que no haya fumado nunca, aunque como indica el estudio mencionado, puede que sea necesario más tiempo.
  • A medida que se retrasa el cese, el riesgo no llega a igualarse al de un no fumador pero sí hay una importante mejoría de salud.