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Tyson Fury: el aspirante que superó problemas de drogas, una depresión y perdió 60 kilos

El boxeador británico vive uno de los mejores momentos de su carrera a la espera de la ansiada revancha contra Wilder tras su primer combate nulo, pero hubo un tiempo en el que vivió una auténtica pesadilla.

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Steve Marcus AFP

Tyson Fury (30), The Gypsy King, es uno de los boxeadores del momento. Con un récord de 28 victorias y un empate, tras declarase nulo con cierta dosis de polémica su combate contra Deontay Wilder por el título mundial de los pesos pesados del WBC (Wolrd Boxing Council), el púgil británico mantiene intacto su prestigio y espera cerrar más pronto que tarde la revancha contra el campeón estadounidense, que podría producirse a principios de 2020.

Pero la historia de Fury dista mucho de haber transcurrido por un camino de rosas. Al término de su pelea con Wilder, el pasado 1 de diciembre de 2018 en el Staples Center de Los Ángeles, el británico resumía lo mucho que le había costado ganarse la oportunidad de ser el mejor.

Hace un año pesaba 180 kilos y estaba en un estado de forma pésimo. Después de dos años y medio fuera del ring, viviendo como una estrella de rock y atravesando una época muy difícil en la que tuve pensamientos suicidas, depresión y problemas de ansiedad. Pero quería demostrar al mundo que se puede conseguir. Todo es posible con la mentalidad correcta”, explicaba Fury tras el combate contra Wilder.

Un extremo que Lennox Lewis, leyenda del boxeo, también confirmó. “Acabo de presenciar el regreso de Tyson Fury tras una época turbulenta con problemas de drogas y depresión. Después de dos años de inactividad y una pérdida masiva de peso, ha logrado poner en dificultados al campeón, que recibió un regalo en forma de empate. En una revancha, solo puedo imaginar que Fury estará aún mejor preparado”, apuntaba Lewis.

Campeón sin cinturones

Tyson Fury mide 2,06 metros y pesa aproximadamente 119 kilos pero, como él mismo reconoció, perdió más de 60 kilos para tratar de aprovechar su segunda oportunidad. Porque antes de la pelea contra Wilder, Fury ya había acumulado una docena de títulos en su carrera e incluso había sido capaz de derrotar al ucranio Wladímir Klitschko en 2015, tras nueve años imbatido.

Pero comenzó su época de “estrella de rock” y tuvo que entregar todos los cinturones que ostentaba en 2016 al no verse en disposición de defenderlos y tener que enfrentarse a un más que necesario periodo de rehabnilitación física y mental. Aunque no es menos cierto que antes ya le habían desposeído del cinturón de los pesos pesados de la FIB por concertar la revancha con Klitschko en contra los deseos del propio organismo y también había sido suspendido por problemas de dopaje.

Le costó recuperase tras su descenso a los infiernos y todos los problemas que tuvo que afrontar, pero como demostró recientemente ante al alemán Tom Schwarz, al que derrotó en Las Vegas con suficiencia en el segundo asalto, su potencial sigue intacto y aguarda con entusiasmo la posibilidad de enfrentarse y derrotar a Deontay Wilder. El aspirante está preparado.