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El ejercicio físico y el sedentarismo tienen la capacidad de alterar el sueño

Un estudio de la Universidad Estatal de Pensilvania (EEUU) en adolescentes confirma que el ejercicio físico ayuda a dormir más y mejor, justo al contrario que el sedentarismo.

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as.com

El ejercicio físico y el sedentarismo tienen la capacidad de alterar el sueño en adolescentes. Esa es la principal conclusión de un estudio a cargo de expertos de la Universidad Estatal de Pensilvania, que confirma la necesidad de que se incluya algún tipo de actividad física moderada-alta en la rutina de los adolescentes en una etapa fundamental en su desarrollo físico y cognitivo.

Los investigadores llevaron a cabo un trabajo micro-longitudinal de una semana en 417 participantes de 15 años de edad, que llevaron acelerómetros de pulsera y cadera para medir el sueño y la actividad física durante el tiempo empleado en el estudio.

Los resultados de la investigación, publicados en la revista 'Scientific Reports' perteneciente a Nature, confirmaron que quienes realizaban ejercicio físico, más de una hora diaria de actividad moderada-intensa, se iban a la cama 18 minutos antes, dormían 10 minutos más y, en definitiva, tenían mejor calidad de sueño. Por su parte, los expertos también comprobaron que aquellos sujetos más sedentarios también veían alterada la calidad de su sueño ya que se dormían y se levantaban más tarde, pero dormían menos tiempo en total.

La adolescencia es una etapa crítica en la que la importancia de dormir bien es vital, ya que el sueño puede afectar el rendimiento académico, incrementar el nivel de estrés y perturbar las conductas alimentarias. Nuestra investigación sugiere que animar a los adolescentes a pasar más tiempo haciendo ejercicio durante el día puede ayudar a su higiene del sueño desde la primera noche", explica Lindsay Master, científica de la Universidad Estatal de Pensilvania.

Mejorar la salud

A pesar de que se estima que los adolescentes necesitan entre 8 y 10 horas de sueño, más del 73 por ciento no cumple con el mínimo estipulado a pesar de que la evidencia aconseja a cumplir con las recomendaciones. "Hemos podido demostrar que los beneficios del ejercicio físico y el sueño van de la mano, y que los comportamientos de riesgo para la salud como sedentarismo afectan al sueño en la misma medida desde la primera noche. Si podemos fomentar que las personas practiquen más actividad física y tengan una mejor higiene de manera más regular, su salud podría mejorar con el tiempo", añade el profesor Orfeu Buxton.