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La inspiradora transformación física de Kelsey Heenan para dejar atrás la anorexia

El caso de esta entrenadora personal de 30 años demuestra que es posible sobreponerse, con la ayuda y determinación necesarias, a uno de los principales trastornos de la conducta alimentaria.

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@thedailykelsey

No es una celebridad. Ni falta que hace para que su caso sea un ejemplo inspirador. Kesey Heenan es una de las muchas personas que ha sufrido o sufre uno de los denominados trastornos de la conducta alimentaria (TCA), que tiene en la anorexia nerviosa y la bulimia a sus principales exponentes. Y también es una muestra de que, con la ayuda y determinación necesarias, es posible superar un grave problema que puede tener importantes implicaciones para la salud.

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En el caso de Kesey Heenan (30), fue la anorexia la que se cruzó en su camino, un trastorno caracterizado por el rechazo a la comida y el miedo obsesivo a engordar, que tiene consecuencias tanto físicas, más allá de la evidente pérdida de peso, como psicológicas, afectando seriamente a la autoestima y al equilibrio emocional de quien la padece. Un cuadro desalentador para el que es necesario un tratamiento multidisciplinar, aunque en ocasiones el primer obstáculo es ser consciente de que se tiene un problema, para lo que el círculo más próximo a la persona que sufre un desorden alimentario juega un papel fundamental.

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"Comencé a tener problemas con la comida entre 2007 y 2008 cuando aún estaba en la universidad. En aquella época jugaba al baloncesto, pero estaba sometida a mucha presión para lograr un buen rendimiento y compaginarlo con mi vida personal y con los estudios. Al principio quería encontrarme bien físicamente, pero después de un tiempo, mis hábitos se convirtieron en reglas y, finalmente, en restricciones casi sin darme cuenta", asegura esta norteamericana, nacida en el estado de Minnesota, en declaraciones a Shape.

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Heenan fue plenamente consciente de la situación cuando su novio pidió una pizza una noche. "Abrí la caja y vi la gruesa corteza y el queso fundido. Lo que normalmente haría que la gente se sintiera emocionada, a mi me provocó terror y miedo. Comencé a hiperventilar y a llorar incontrolablemente porque no podía comer esa pizza. Simplemente no podía", comparte.

Volcada en el mundo del fitness

Afortunadamente, Kesey Heenan logró superar con la ayuda necesaria su problema y en la actualidad es una entrenadora personal y empresaria de éxito que ha convertido el fitness en el centro de su vida. Pero quizá lo más importante para ella es compartir su experiencia ya que es consciente de que hay muchas personas que se encuentran en una situación similar a la que tuvo que enfrentarse ella en su momento.

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“Tal vez tu caso sea similar al mío. O puede que sea diferente. Pero nuestras historias, son importantes e importan en este mundo. En 2009, casi muero a causa de la anorexia. Perdí el 30% de mi peso corporal en un par de meses, lo que supone mucho para alguien que no tenía ningún peso que perder. Mi ritmo cardíaco era tan bajo que mi médico me dijo que ni siquiera podía salir a caminar o me arriesgaba a sufrir un paro cardíaco. Estaba muy enferma y odiaba todo sobre mí, pero a través del tratamiento, la terapia y el apoyo de los seres queridos, logré volverme a levantar y ahora estoy completamente curada”, explica Kesey Heenan en un post de Instagram en el que muestra su transformación física durante los últimos 10 años.

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“Ahora, una década más tarde, mi vida ha cambiado como el día y la noche. He conseguido comer sin culpa ni miedo, entreno a diario porque me encanta y me hace feliz. La recuperación es posible. Ahora soy más fuerte física y mentalmente después de todo lo que he atravesado. La relación con la comida y el ejercicio es complicada para muchas personas y entiendo lo difícil que puede ser porque he estado en esa situación, pero sé que incluso a pesar de los altibajos, es posible crear un estilo de vida que funcione para ti. ¡Animo! No es demasiado tarde. Con las herramientas adecuadas y el apoyo de quienes te rodean, puedes lograr un estilo de vida equilibrado”, concluye.