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Ictus isquémico y hemorrágico: factores de riesgo, síntomas y prevención

El 90% de los ictus están relacionados con factores de riesgo modificables por lo que la eliminación de hábitos perniciosos, una dieta saludable y la práctica de ejercicio físico son básicos.

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Marcelo del Pozo REUTERS

Cada año, entre 135 y 175 personas por cada 100.000 habitantes sufren un ictus en España, pudiendo afectar a uno de cada seis españoles a lo largo de su vida. Sin embargo, se trata de una enfermedad prevenible. Algunas instituciones, como la Fundació Ictus, estiman que el 90% de los ictus están relacionados con factores de riesgo modificables y apunta a la necesidad de tener en cuenta una serie de factores que pueden provocar este accidente cerebrovascular y una serie de recomendaciones para anticiparse a la enfermedad.

El ictus es una enfermedad cerebrovascular que tiene dos vertientes: el ictus isquémico (infarto cerebral) y el hemorrágico (derrame cerebral). El primero de los dos es más común y se produce por la oclusión (cierre o estrechamiento) de las arterias, mientras que el segundo, más devastador y menos frecuente, se produce cuando un vaso sanguíneo se rompe y provoca el sangrado en el cerebro.

Los signos de alerta ante el ictus afectan a tres áreas fundamentales de la función neurológica: el lenguaje, la movilidad y el equilibrio. Estos pueden ser trastorno del lenguaje, visión, equilibrio, pérdida de fuerza, dolor intenso de cabeza… y todos ellos se pueden dar de forma simultánea o individual y, también, presentarse bruscamente", explica el doctor Javier Pardo, jefe del Servicio de Neurología del Hospital Universitario Infanta Elena.

“Si se identifica cualquiera de estos síntomas, lo primero que se debe hacer es llamar al 112, ya que una rápida actuación es de vital importancia para el futuro del paciente. De la precocidad en la identificación del ictus depende que la curación y mejora de la calidad de vida puedan llegar a ser muy altos, dado que las secuelas, que son amplias y dependen del área dañada, pueden ir desde ninguna afectación hasta tener una discapacidad severa permanente”, añade.

El decálogo de factores de riesgo

En total, hasta 10 factores influyen de forma clara en la aparición de un ictus según recoge el estudio INTERSTROKE, publicado en la revista científica 'The Lancet':

  1. La hipertensión arterial.
  2. La diabetes.
  3. El tabaquismo.
  4. El exceso de peso.
  5. Una alimentación poco saludable.
  6. El sedentarismo.
  7. El consumo de alcohol.
  8. El estrés.
  9. El colesterol alto.
  10. Las arritmias cardíacas.

Recientemente también se ha añadido la contaminación como otro factor de riesgo ya que la concentración de hollín en el ambiente, que sale de los motores de los coches diésel, provoca el desprendimiento de placas formadas por colesterol y otras sustancias que se agregan en la pared de las arterias y dan lugar a un ictus de tipo aterotrombótico.

El decálogo para prevenir el ictus

La Fundació Ictus propone una serie de medidas para reducir y prevenir el riesgo de sufrir un ictus, basadas en la evidencia científica y los estándares de la organización europea Stroke Alliance for Europe (SAFE), de la cual es miembro.

  1. Reducir la presión arterial.
  2. Dejar de fumar.
  3. Controlar el peso.
  4. Seguir una dieta equilibrada.
  5. Hacer ejercicio físico de forma regular.
  6. Controlar el consumo de azúcar.
  7. Moderar el consumo de alcohol.
  8. Cuidar la salud mental.
  9. Tomarse el pulso.
  10. Vigilar las grasas en sangre.