Cataplexia: la enfermedad rara de Jordi Évole, que deja 'Salvados' tras 11 años
El presentador anunció en 'El Hormiguero' que, tras 11 años y 273 programas emitidos, no seguirá al frente de 'Salvados' la próxima temporada y confesó además la rara dolencia que padece.
“Es momento de dar un relevo. Yo quiero que siga Salvados y va a seguir como programa. No hay nada que me haga más feliz que pensar que Salvados me va a sobrevivir pero yo, a partir de la temporada que viene, no presentaré Salvados”. Es la confesión que Jordi Évole (44) hizo en El Hormiguero que conduce Pablo Motos. El final de una etapa de 11 años que ha convertido al propio Évole y al programa en una referencia del periodismo al conseguir, entre otros logros, entrevistar al mismísimo Papa, Nicolás Maduro o Julian Assange.
Pero Jordi Évole tiene en mente otros proyectos, liderará un nuevo programa de entrevistas en la Sexta, y considera que en Salvados ya ha cumplido un ciclo después de 273 programas emitidos. Un bagaje que da a entender la trascendencia de un formato que no ha dejado indiferente a nadie con el paso de los años y que afortunadamente tendrá continuidad a pesar de que su rostro más reconocible dé un paso al lado.
La enfermedad rara de Jordi Évole
Pero además del anuncio del fin de su etapa en Salvados, Jordi Évole confesó además que le ha sido diagnosticada cataplexia. “Sufro cataplexia, una enfermedad rara que me han detectado recientemente, aunque no tiene nada que ver con la decisión de dejar Salvados, y no es nada grave por lo que no hay nada que esconder. Notaba que, cuando me entraba la risa, sufría una flojera que hacía que perdiera el equilibrio. Era hasta gracioso. La última vez que me pasó fue grabando el programa con Andrés Iniesta en Japón: me dio un ataque de risa, me caí de espaldas y me di un buen golpe en la cabeza”, explicaba Évole, al que una amiga puso en sobre aviso enviándole un artículo sobre la enfermedad.
Aunque no es una dolencia grave, la cataplexia o cataplejia es un problema neurológico que no tiene cura y que provoca episodios súbitos y generalmente breves de pérdida bilateral del tono muscular durante la vigilia asociados frecuentemente a emociones intensas (reír, llorar, sentir pánico...) que, como indicaba el propio Évole, durante el episodio de hipotonía o flacidez muscular hace que la persona se caiga repentinamente.
Asociada a la narcolepsia
Su aparición se debe a la presencia de niveles bajos de la hormona orexina o hipocretina en el líquido cefalorraquídeo y está muy relacionada con la narcolepsia o síndrome de Gelineau, hasta el punto de que se la considera un síntoma de esta enfermedad autoinmune que se caracteriza por la presencia de exceso de somnolencia irresistible durante el día. Y es que es poco frecuente que se dé cataplexia sin narcolepsia.
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