Siempre vuelve. Con la llegada del invierno y la lógica bajada de las temperaturas, la gripe hace acto de aparición y comienza a causar estragos entre la población. El virus de la gripe, sujeto a mutaciones, normalmente infecta la vía respiratoria (nariz, garganta, bronquios, pulmones) y en consecuencia aparecen síntomas como tos y dolor de garganta, además de fiebre y dolores musculares.

Por ello es necesario tener en cuenta una serie de recomendaciones si se manifiestan los síntomas gripales orientadas al cuidado propio y a evitar posibles contagios. A estas alturas la población de riesgo, principalmente mayores de 65 años, embarazadas, personal sanitario, adultos y niños con enfermedades crónicas cardiovasculares, neurológicas, pulmonares o metabólicas crónicas y personas con defensas inmunológicas reducidas, deberían haberse vacunado, aunque todavía están a tiempo. En cualquier caso, si la gripe ya se ha dejado notar, toma nota:

Reposo y buenos alimentos

Es recomendable no salir de casa y permanecer en reposo. Beber abundantes líquidos, principalmente agua y zumos, y mantener una dieta saludable y equilibrada mediante el consumo de frutas y verduras, también ayudará a combatir los síntomas.

Higiene

Es de suma importancia lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón, tapar la nariz o la boca al toser, utilizar pañuelos desechables y evitar tocar los ojos, la nariz o la boca.

Buena ventilación y un mínimo aislamiento

Reposar en un espacio individual con buena ventilación y reducir el contacto con otras personas, durante una semana, hasta que pasen 24 horas desde la última vez que tuvo fiebre son otras medidas a tener en cuenta si se quiere evitar el contagio.

Antitérmicos sí

Además, se recomienda que se controle la fiebre y se utilicen antitérmicos en caso de que la temperatura corporal supere los 38,5º C.

Antibióticos y antivirales, bajo prescripción

El uso de antibióticos y antivirales, a menos que lo indique un profesional sanitario, no está recomendado ya que el virus de la gripe no responde al tratamiento con antibióticos. Solo cuando la gripe se complica con una sobreinfeccion bacteriana habrá que recurrir a ellos.

Acude a Urgencias solo si...

Una vez producido el diagnóstico por el médico de Atención Primaria, solo en en caso de que la fiebre supere los 38,5º C y persista durante más de tres días, y los síntomas de la gripe continúen pasados ya siete días desde el comienzo o se sufra un empeoramiento repentino, los afectados deben plantearse acudir a Urgencias.

Aunque otras situaciones en las que se produzcan mareos, náuseas o alteraciones de la conciencia tales cómo dificultad para despertarse o irritabilidad; la aparición de erupciones cutáneas; o la dificultad para respirar, la expectoración sanguinolenta o dolor en el pecho, también pueden ser motivo de una visita a las Urgencias más cercanas.