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No eres un abuelo, es el invierno el que hace que te duela todo

En invierno, se sale menos de casa y se prefiere un estilo de vida más sedentario, lo que supone una menor actividad física y un empeoramiento del estado anímico y muscular.

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invierno dolores
Valentyn Volkov Getty Images

Si te levantas todos los días, invierno y verano, con dolores, tal vez estés desarrollando una enfermedad reumatoide, pero si es algo puntual y, sobre todo, estos días, es el invierno el que hace que te duela todo.

También debes mirar si te duele más el cuerpo cuando has hecho más ejercicio el día anterior, si has descansado mal, si has pasado demasiado tiempo en la misma postura... incluso el colchón o el sofá pueden ser síntomas de dolores. Pero estos días de enero... es el invierno el que hace que todo te duela más.

Por qué te duele más todo el cuerpo en invierno

-en invierno se está mucho menos en la calle, a temperatura ambiente, siempre estamos con calefacción, por lo que cuando estás un tiempo en la calle el cuerpo se encoge.

-el sueño puede variar, no sólo por el cambio de horario con las vacaciones, los festivos, las fiestas... todo está alterado, y el cuerpo también, por lo que en invierno puede decirse que se duerme menos.

-si cuando llueves encoges los hombros, ahí tienes una mala postura. Sólo es agua, no ácido. No pasa nada. Con el frío tendemos a intentar meternos dentro del abrigo, cual tortuga. Y ese encogernos hace que contraigamos la musculatura y adoptemos una mala postura.

-con el frío, la circulación sanguínea es más lenta, por lo que los pies y las manos suelen ser los más afectados, llegando a producirse hasta cambios de coloración y sentir que siempre están fríos.

-depresión invernal, no es el invierno, es el estar en casa, el frío, el ponerse melancólico, el querer abrigarse... no sólo a nivel físico, sino también a nivel emocional, que puede afectar incluso a los dolores.

-cualquier dolor, esguince de hace años, molestias... se ven activados en invierno porque son mucho más sensibles a los cambios de temperatura, especialmente con el frío. Las cicatrices son claves para sentir esos cambios drásticos.