Deporte y Vida

NOCHEVIEJA

Por qué no debes dar uvas a los menores de 5 años

Los frutos secos, las uvas y los polvorones son los alimentos que causan más asfixias por aspiración. En mayores de 65 años, la posibilidad de asfixia es siete veces mayor que en niños.

0
nochevieja
kiko_jimenez

Con niños pequeños siempre se quedan cortos los ojos, y cuando hay reuniones familiares de grandes grupos, es muy importante vigilarlos de cerca. Lo que no se le ocurre en su casa, se le ocurre en casa de sus tíos, abuelos, primos... y siempre es importante tenerlos vigilados, sobre todo cuando son muy pequeños.

De cara a la cena de Nochevieja, es importante que todos en la casa sepan que los menores de 5 años no deben tomar uvas. Y, si lo hacen, peladas, cortadas mínimo a la mitad, y sin las pepitas. No es una moda, no es tratarlos como inútiles, es evitar una asfixia.

Es lo comentan desde la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEROL-CCC), quienes  aconsejan no dar uvas a los niños menores de cinco años en Nochevieja, porque son los que más riesgo tienen de sufrir atragantamiento o asfixia.

“Las uvas, por su forma y textura, pueden obstruir las vías respiratorias y provocar una situación de peligro que puede llevar incluso a la muerte si no se actúa a tiempo, indica el doctor Raimundo Gutiérrez Fonseca, una situación que ocurre igual con las salchichas, siempre se deben cortar al menos a la mitad, no por una moda, sino porque si se traga entera tiene el tamaño perfecto para obstaculizar las vías respiratorias.

Niños a los que hay que vigilar, pero también a los mayores, y que la SEROL-CCC advierte de los riesgos que pueden correr las personas mayores de 65 años, sobre todo si sufren trastornos de deglución, como la disfagia (la dificultad para tragar).

Ni uvas ni frutos secos

Ni dulces en forma de bolitas, ni lacasitos, ni kikos... es muy importante tener esto en cuenta por su salud. Tampoco son buenos los frutos secos, uno de los alimentos que más atragantamientos causan en España. "Aunque no sean alimentos de gran tamaño, los fragmentos duros que se desprenden al morderlos pueden obstruir las vías respiratorias, sobre todo en el caso de los niños menores de dos años, que no son capaces de masticarlos adecuadamente y no han desarrollado suficientes reflejos defensivos como la tos o el estornudo”, afirma el doctor Gutiérrez Fonseca.

Por eso se aconseja no dar cualquier tipo de fruto seco sin moler a los niños menores de tres años y recomiendan no hacerlo hasta los cinco o seis años, por el alto riesgo que existe de atragantamiento y asfixia.