Hoy celebramos la Nochebuena y mañana muchos niños despertarán con nerviosismo en aquellos hogares que esperan la visita de Papá Noel durante la noche. Mientras que otros, deberán esperar hasta la Noche de Reyes para descubrir si su comportamiento durante el año ha sido premiado. Sea como fuere, lo previsible es que muchos de esos regalos tengan un carácter tecnológico, una constante en nuestros días a la que los padres deben prestar atención.

Juguetes conectados son aquellos que poseen funciones de conectividad para interactuar con otros dispositivos domésticos, como tablets y móviles, o para intercambiar datos a través de internet. Además, pueden grabar o transmitir imágenes en tiempo real (drones o vehículos teledirigidos) o pueden grabar, reproducir o reconocer la voz, por lo que es importante no dejar nada al azar para que la experiencia de juego sea satisfactoria.

Por ello, el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE) junto con el centro Internet Segura for Kids (IS4K) han elaborado un manual en el cual se explican las buenas formas del uso de los juguetes conectados, en la que advierten sobre sus riesgos de uso y ofrecen una serie de recomendaciones muy útiles.

Y es que los menores pueden estar expuestos a determinados riesgos como que sus datos se compartan de manera inconsciente, que accedan a contenidos inapropiados, que puedan ponerse en contacto con desconocidos o que su uso fomente conductas adictivas y poco adecuadas como herramienta de burlas y 'bullying'.

8 recomendaciones básicas para jugar de forma segura

Así pues, es importante que los padres tengan en cuenta una serie de recomendaciones para que la experiencia sea lo más educativa posible y cumpla con el objetivo último: jugar sin otra preocupación que disfrutar.

1. Elegir el juguete en cuestión en función de la edad, las características y la finalidad.

2. Bloquear el acceso a otras personas a nuestra red WiFi y usar los recursos que tenga el juguete, como contraseñas y actualizaciones, para mejorar su seguridad.

3. Es necesario comprobar y eliminar los registros de datos periódicamente y, sobre todo, apagar el juguete una vez que se haya usado.

4. Acompañar al menor durante el juego para que aprenda a jugar de forma segura.

5. Supervisar su actividad corrigiendo aquellas conductas que no sean apropiadas.

6. Enseñarle la importancia de pedir ayuda si hay algo que no comprende. El miedo o la vergüenza no deben suponerle un problema.

7. Educar en el respeto para desarrollar sus habilidades sociales y valores saludables.

8. Fomentar el pensamiento crítico de los menores porque le permitirá afrontar los riesgos con mayor madurez y conocimiento.