A nadie se le escapa a estas alturas que la preparación física de los jugadores de fútbol ha evolucionado enormemente en los últimos 20 años. Atrás quedan esas figuras menos estilizadas propias de una época en la que no había tanta información, supervisión ni preocupación por la condición atlética de los futbolistas. No es que se menospreciara, pero no era ni mucho menos tan exigente.

Pero los tiempos han cambiado sobremanera y ahora los entrenamientos son cada vez más específicos, las revisiones médicas más exhaustivas, los planes individuales de trabajo más personalizados si cabe, y los pulsómetros y sistemas GPS que controlan el rendimiento y el estado de los jugadores se han convertido en habituales. Y la dieta tampoco es lo que era. Buena parte de la culpa de que esto haya ocurrido la tienen ese tipo de entrenadores obsesionados con el control de los más mínimos detalles. Técnicos metódicos que también dictan cómo debe ser el menú de sus futbolistas:

1. Arsène Wenger

Encabeza esta lista porque literalmente revolucionó la Premier a su llegada. Aterrizó en Londres para hacerse cargo del Arsenal procedente de Japón, donde entrenó y convirtió en campeón al Nagoya Grampus. Y llegó como un soplo de aire fresco con nuevos métodos, nuevas ideas sobre nutrición adquiridas en su periplo japonés y decisiones imposibles a simple vista: luchó contra la cultura del pub tan enraizada en Inglaterra y prohibió la cerveza a sus jugadores. Hizo campeón al Arsenal. Y el resto de clubes le siguieron. Sería complicado cuantificar el número de jugadores a los que, directa o indirectamente, ayudó a prolongar su carrera. Porque detrás de la prohibición del alcohol llegó la de los atracones de comida sin sentido. Wenger fue un pionero. Tony Adams, en su autobiografía, y otros jugadores de aquella época inicial del francés en el Arsenal como Nigel Winterburn, Lee Dixon, Steve Bould o Paul Merson, corroboran su influencia y le agradecen los servicios prestados.

2. Pep Guardiola

Otro entrenador al que le gusta estar pendiente y controlar todo lo que acontece en el vestuario y tiene relación con la preparación de sus futbolistas. Desde su época en Barcelona, el técnico siempre ha contado con la ayuda de eminencias en nutrición y fisiología como Esteban Gorostiaga o Ramón Segura gracias a las que ha conseguido instaurar una dieta equilibrada que mejorara el rendimiento de sus jugadores. Tambén en Munich y por su puesto en su última aventura en Manchester, donde cuenta con la ayuda de la ex deportista y nutricionista Silvia Tremoleda. Entre los vetos de Guardiola podemos encontrar las bebidas carbonatadas o gaseosas y la pizza. Messi sabe bien de lo que hablamos y tiene mucho que agradecer al de Sampedor, que cambió sus hábitos alimenticios hasta el punto de frenar la plaga de lesiones musculares que sufría el argentino debido a su mala alimentación.

3. Luis Enrique

El flamante nuevo seleccionador nacional es especialmente cuidadoso en lo que a la preparación física se refiere. Y no es de extrañar ya que es un enamorado del triatlón, pasión que le ha llevado a competir en una de las disciplinas más exigentes de la práctica deportiva: el ‘Ironman’. Con ese bagaje a sus espaldas, no es de extrañar que su fuerte carácter, moldeado por los desafíos que ha tenido que superar, le obligue a ser extremadamente taxativo con determinados aspectos como la alimentación de los futbolistas. Así pues, Javier Arbizu, cocinero de la selección que lleva casi 30 años alimentando a los internacionales españoles, ya sabe a buen seguro lo que espera Luis Enrique de los menús: alimentos cocinados a la plancha y al vapor, y abundancia de frutas y verduras. Adiós a caprichos y derivados. Nolito o Claudio Bravo, que perdieron mucho peso bajo la tutela del asturiano, pueden dar fe de las restricciones alimentarias que sufren sus plantillas.

4. Unai Emery

El técnico vasco, que llegó precisamente al Arsenal para sustituir a Arsene Wenger, pretende continuar la senda iniciada por el francés y ha prohibido beber zumos de fruta a sus futbolistas por el alto contenido en azúcar. Una muestra más de que el control que ejercen los técnicos actuales sobre todo lo que rodea a sus equipos es total. Quizá la anécdota con Ever Banega, en sus años en el Valencia, sea lo suficientemente gráfica para entender la preocupación de Emery. Al argentino, amante de la comida basura por aquel entonces y propenso al sobrepeso, le preparaban los cocineros del Valencia la comida para que se la llevara a casa. Más tarde incluso pusieron a su disposición directamente los servicios de un cocinero a domicilio. Llegó a rendir a un altísimo nivel.