5 consejos para hacer deporte si estás embarazada
No renuncies bajo ningún concepto a los beneficios físicos y psicológicos asociados a la práctica deportiva durante la gestación.
Fuera mitos. Practicar deporte y estar embarazada no es incompatible. Ni mucho menos. Y si ése es tu caso, no estás enferma ni tampoco incapacitada, concepciones ambas trasnochadas que distan mucho de la realidad. Está comprobado que hacer ejercicio durante la gestación mejora la calidad de vida y sólo reporta beneficios durante el parto y la posterior recuperación.
Lo ideal es que la actividad física ya fuera un hábito en tu rutina, pero si has decidido que es el momento de comenzar ahora que estás embarazada, adelante. Los beneficios físicos y psicológicos asociados son lo suficientemente importantes como para no conceder el beneficio de la duda. Haz deporte, tes sentirás mejor.
Prevenir el sobrepeso, tonificar tus músculos y fortalecer tus huesos o mejorar tu autoestima y estado anímico, son algunos de los motivos por los que, si no te lo has planteado ya, deberías hacerlo seriamente porque cuando llegue el momento del alumbramiento y posterior recuperación lo encararás más preparada y todo será más sencillo.
El caso de Serena Williams
Y si dudas de tu capacidad o conveniencia, piensa en Serena Williams, que se proclamó campeona del Open de Australia en su octava semana de gestación. De acuerdo, quizá la menor de las hermanas Williams sea una referencia alejada de tu realidad, pero no hace falta ser un deportista de élite para darse cuenta de que es posible. Y aconsejable.
Por ello, queremos compartir contigo 6 consejos que debes tener en cuenta a la hora de practicar deporte si estás embarazada:
- Toma todas las precauciones y consulta con tu ginecólogo. Parece una obviedad pero es básico para regular la dieta y el ejercicio más recomendado en función de tu historial médico y situación.
- Evita una excesiva humedad y altas temperaturas de calor o frío. En condiciones de calor y mucha humedad el agotamiento sobreviene enseguida y puedes exponerte a un golpe de calor porque la energía calorífica se disipa con menos facilidad y la temperatura corporal aumenta como consecuencia. Si hace mucho frío protege bien orejas, manos y pies ya que las extremidades son muy sensibles al frío.
- Hidrátate bien antes y después del ejercicio para evitar cualquier riesgo de deshidratación. La deshidratación produce elevaciones en la temperatura corporal de la madre a las que el feto es muy sensible y pueden perjudicarle.
- Tus hábitos mandan. No es lo mismo practicar deporte a un alto nivel, hacerlo con frecuencia o tener rutinas más sedentarias. El rango puede ir de una hora u hora y media diarias, de cuatro a seis días por semana en el mejor de los supuestos, a media hora tres días a la semana si tu condición física es básica. En este caso, se recomienda precaución y aumentar el ritmo paulatinamente.
- Adáptate en cada fase del embarazo. Al igual que en el punto anterior, las circunstancias mandan por lo que dependiendo de lo avanzado de tu estado de gestación podrás hacer más o menos ejercicio, pero bicicleta estática, por aquello de evitar lesiones innecesarias, y nadar son dos actividades que podrás hacer hasta el final. Y por su puesto andar. Las restricciones de modalidades deportivas a practicar serán menores en el primer trimestre de embarazo, pero a partir del segundo hay que evitar el impacto. Y en el tercero es conveniente la moderación.
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