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La miastenia debilita los músculos sin tener causa conocida

Es una enfermedad neurológica autoinmune y crónica, afecta a la unión neuromuscular y se caracteriza por la debilidad y la fatiga precoz de los músculos esqueléticos y voluntarios del cuerpo.

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La miastenia debilita los músculos sin tener causa conocida

Entre las enfermedades que afectan la unión neuromuscular, la miastenia es una de las más habituales. La Miastenia Gravis, es una enfermedad neurológica autoinmune y crónica, la más frecuente dentro del grupo de las que afectan a la unión neuromuscular, y se caracteriza por la debilidad y la fatiga precoz de los músculos esqueléticos o voluntarios del cuerpo.

Según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN) cerca de 10.000 personas en España padecen esta enfermedad de la que cada año se diagnostican cerca de 700 nuevos casos.

Miastenia ocular

La gran mayoría de las personas afectadas por miastenia desarrollan miastenia ocular al inicio de la enfermedad, afectando a los músculos que controlan el movimiento del ojo y los párpados; llega el paciente a tener visión borrosa o doble, y se llega a caer el párpado. Son los primeros síntomas de la enfermedad. La miastenia gravis también puede afectar a los músculos de la cara, los brazos, las piernas así como a los que se utilizan para hablar, comer o respirar.

“Mientras que los pacientes que tienen un comienzo temprano de la enfermedad tienen una mayor probabilidad de remisión espontánea, las personas que ven afectados sus músculos respiratorios –un 10-15% de los pacientes- son las que presentan los casos más graves y con mayor riesgo de mortalidad”.

La fatiga muscular, la principal repercusión

“España es uno de los cuatro países en los que se ha registrado una mayor incidencia de aparición tardía de la enfermedad. Cada año aparecen más casos en mayores de 65 años- el 70% de los nuevos casos-, pero además se sospecha que existen muchos casos no diagnosticados en mayores de 80 años, principalmente porque uno de los principales síntomas de esta enfermedad, la fatigabilidad muscular, es de más difícil interpretación en los ancianos, al confundirse con cambios fisiológicos propios del envejecimiento”, afirman en la SEN.

La miastenia puede aparecer en cualquier momento; de hecho, entre un 10 y un 20 % de los casos se dan en la infancia y en la juventud; otro dato relevante, las mujeres adultas son más propensas a desarrollar miastenia gravis entre los 20 y los 40 años de edad que los hombres, que suelen empezar a tener esta enfermedad a partir de los 60 años.

En España, el 60 % de los nuevos casos de miastenia ya se diagnostica antes del primer año de experimentar los primeros síntomas; sin embargo aún existen pacientes que tienen que esperar hasta tres años para obtener un diagnóstico acertado.

 

“Las manifestaciones de esta enfermedad son variables, ya que dependen de los grupos musculares que se vean afectados así como de las propias fluctuaciones de la enfermedad. Esta condición propicia que produzcan errores diagnósticos que pueden retrasar el inicio del tratamiento”, señala el doctor Gerardo Gutiérrez.“Los tratamientos para la miastenia han avanzado notablemente en los últimos años, permiten una mejoría clínica en un 90 % de pacientes, y por lo tanto el pronóstico de la enfermedad y la tasa de mortalidad ha cambiado espectacularmente”.

Aún se desconoce qué es exactamente lo que provoca la miastenia, pero para intentar evitar los problemas de esta enfermedad, y retrasar su curación, es aconsejable:

-el diagnóstico precoz

-una medicación adaptada a cada paciente

-unos hábitos de vida adecuados en los que se alterne periodos de descanso en la actividad diaria

-se mejore el sueño

-se disminuya el estrés

-se realicen ejercicios aeróbicos suaves

-se evite el sobrepeso