Cuando pensamos en hacer una dieta son muchos los factores a tener en cuenta, y entre los más importantes hoy en día está pensar en nuestra salud y en cuidar el medio ambiente. De la tierra, ecológico, sostenible, natural, directo a nuestro organismo.

Una manera de darnos cuenta de la importancia que tiene la comida, es nuestra gasolina, nuestra energía. Y tan importante como cuidarnos nosotros es cuidar lo que nos rodea, evitando un derroche de alimentos.

Ya hemos hablado de la llamada dieta coherente, de la doctora en Farmacia y nutricionista Amil López Viéitez, y hoy damos un paso más para aplicar en nuestro día a día un decálogo de hábitos eco inteligentes teniendo en cuenta criterios de sostenibilidad y ahorro energético.

Consumir alimentos de temporada: además de tener más nutrientes, respetas el ciclo de producción y es más respetuoso con el medio ambiente.

Evita alimentos de largo recorrido: una dieta ecointeligente se basa en alimentos de recorrido corto, pues favorecen la actividad agrícola local, dinamizan la economía y permiten la conservación de la biodiversidad agrícola autóctona.

Alimentos de producción ecológica: utiliza técnicas respetuosas con el medio ambiente, no emplea productos químicos de síntesis y está menos mecanizada.

Aumenta el consumo de proteína vegetal: una dieta con mayor aporte de proteínas de origen vegetal que de carne es más saludable tanto para nuestra salud como para la del planeta.

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Electrodomésticos ecoeficientes: comprar electrodomésticos de etiquetado energético A es un paso. Además, es importante que supervises el mantenimiento de tus electrodomésticos para evitar el despilfarro de energía.

Eficiencia energética en la cocina: cocina menos veces y más cantidad. Planificando para aprovechar la energía,

No tires las sobras: cocina la cantidad justa que vayas a comer o más cantidad si tienes pensado congelarla en tuppers para otros días. Almacena las sobras en el frigorífico, para que se mantengan en buen estado.

Cocina de aprovechamiento: lo que no vayas a consumir puedes hacerlo en forma de cremas, purés, croquetas, ropa vieja, revueltos, salteados, salpicones, ensaladilla, empanada, migas, macedonias, batidos...

Planifica dónde comprar y haz una lista de la compra: intenta ir caminando a plazas, tiendas o supermercados cercanos. Estarás apoyando a los productores locales y consumirás alimentos frescos y de temporada.

Separa y lleva los envases a reciclar: es muy importante separar los residuos y acercarlos al contenedor oportuno para que puedan ser reciclados.