Ahora que la Semana Santa está llegando a su fin es posible que las torrijas hayan sido un extra demasiado recurrente (y de maravilloso sabor), pero del que hay que deshacerse lo antes posible.

Para ello, vamos a daros una mala noticia, aunque muy saludable: lo que no debes añadir a tu ensalada si realmente quieres perder peso y pensar ya en el verano. ¿Listo?

Frutos secos

Un puñado de frutos secos está bien. Una cucharada de pipas peladas; nueces, unas 10 por ensalada; pipas de calabaza, un puñado… pero no vaciar la bolsa o echar más de dos puñados. Los frutos secos son realmente saludables pero también aportan mucha grasa. Calcula que unos 25 gramos de frutos secos aportan 100 calorías.

Queso

El queso es uno de los protagonistas de las ensaladas, pero también uno de los alimentos más grasos con los que nos podemos encontrar. El queso fresco sí es un gran aliado, pero no lo suplas con varias tarrinas. Piensa que 100 gramos de queso fresco tienen 310 calorías.

Salsas

Son la alegría de muchas ensaladas y lo que las convierte en diferentes. Pero si realmente queremos adelgazar es el momento de decir adiós a la salsa César; a la miel con mostaza o a una vinagreta. El aceite de oliva virgen extra es tu mejor aliado, además de cuidar tu corazón y tener polifenoles cardiosaludables.

Croutons

Sí, esos panecillos cuadrados, tostados, que en muchas ensaladas con un aderezo más. Piensa que cinco de estos trocitos de pan pueden aportarte 100 calorías, y si estás sumando o piensa en reducir drásticamente la ingesta de calorías, deberás eliminarlos de tu dieta. También de las cremas, como la de calabaza tan típica del invierno, o una de verdura. Son una aderezo sano pero en una medida muy justa.