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TABACO

Hacer frente al tabaquismo, principal reto para evitar el desarrollo de la EPOC

La prevalencia de la EPOC en España se sitúa en torno al 10% de la población. El consumo de tabaco, uno de los principales retos para hacerle frente.

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Hacer frente al tabaquismo, principal reto para evitar el desarrollo de la EPOC

España está avanzando mucho en el infradiagnóstico de la EPOC, pero aún sigue siendo un problema y un reto para el sistema sanitario”, afirma el Dr. Francisco López García, coordinador del Grupo de Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI). En este sentido, señala que sería necesario “aumentar el número de espirometrías por parte de cualquier profesional sanitario que se enfrente a un paciente fumador y que tenga síntomas compatibles con la enfermedad, sobre todo la disnea”.

Por su parte, el médico internista, además, “debe tener una actitud activa en el diagnóstico de nuevos pacientes que puedan tener la enfermedad, en el contexto de comorbilidades como la insuficiencia cardiaca o la enfermedad coronaria que, con frecuencia, tienen asociada una EPOC”, ha explicado el Dr. López García, en el marco de la XIII Reunión de EPOC, organizada por la SEMI en Barcelona los días 8 y 9 de marzo.

Otro reto para evitar el desarrollo de la EPOC es dejar el tabaquismo, algo en lo que incide el especialista de la SEMI. “En pacientes que la padecen, dejar de fumar mejora los síntomas, disminuye las exacerbaciones y reduce el número de hospitalizaciones”. Respecto a posibles medidas para reducir el hábito tabáquico, “está demostrado que el aumento del precio de los cigarrillos reduce el consumo de tabaco en la población general, y es una medida muy eficaz para fomentar que los jóvenes abandonen el hábito tabáquico.

Prevalencia de la EPOC en España

En España el estudio EPI-SCAN mostró una prevalencia de la enfermedad del 10,2 % (15,1 % en varones y 5,7 % en mujeres). En el año 2008 las enfermedades respiratorias crónicas representaban la cuarta causa de muerte (responsables del 11,4% del total de defunciones), después del cáncer, enfermedades del corazón y cerebrovasculares. En ese mismo año, la tasa de mortalidad por EPOC por cada 100.000 habitantes fue de 449,22 en hombres y 238,47 en mujeres. “Afortunadamente, la tasa de mortalidad por EPOC en España en comparación con la población mundial muestra una tendencia a la baja durante la última década, tanto en hombres como en mujeres”, señala el Dr. López García.

Respecto a las comorbilidades que más frecuentemente se asocian a la EPOC, la SEMI destaca las enfermedades cardiovasculares (enfermedad coronaria y cerebrovascular e insuficiencia cardiaca), fibrilación auricular, hipertensión arterial, diabetes mellitus, osteoporosis, enfermedad por reflujo gastroesofágico, insuficiencia renal, anemia, neoplasias (sobre todo de pulmón), así como deterioro cognitivo y psiquiátricas (ansiedad y depresión).

“Las comorbilidades influyen de forma notable en el pronóstico del paciente con EPOC. De hecho, la mayoría de los enfermos no fallecen realmente por esta patología, sino que lo hacen por las comorbilidades asociadas, fundamentalmente la enfermedad cardiovascular y el cáncer. Además, las comorbilidades se relacionan con la presencia de agudizaciones. Varios estudios han demostrado que los pacientes con EPOC agudizadores tienen un riesgo muy alto de desarrollar enfermedad coronaria o insuficiencia cardiaca y que las comorbilidades son uno de los principales factores de riesgo para que el paciente con EPOC tenga agudizaciones en el futuro”, explica.