Deporte y Vida

SALUD

Más motivos para alejar para siempre las bebidas azucaradas

El pasado año realizamos un artículo en el que explicábamos por qué deberías dejarlas. Ahora, un experto analiza en qué te pueden estar perjudicando.

0
Más motivos para alejar para siempre las bebidas azucaradas

¿Por qué dejar definitivamente las bebidas azucaradas? Porque son puro azúcar procesado. Punto. Ahí podríamos acabar. Hace un tiempo, de hecho, escribimos un artículo dando motivos de sobra para apartarlas de nuestra alimentación, pero ahora el afamado Dr. Goglia, que ha trabajado con celebrities como Kim Kardashian, Ryan Gosling, Chris Hemsworth o Channing Tatum, explica para Popsugar más motivos todavía para dejarlas, ya que no aportan ni una sola vitamina ni mineral que merezca la pena.

Por tu sueño nocturno

Si, además de azucaradas, también llevan cafeína, el combo puede resultar fatídico para tu descanso nocturno. "Si tomas refrescos por la noche, el exceso de azúcar y la cafeína de los refrescos harán que sea más difícil conciliar el sueño, porque estimula tu cuerpo mientras estás tratando de calmarte y descansar bien por la noche", dice el experto.

Porque te hacen engordar

Los refrescos (también los refrescos dietéticos que no llevan azúcar) no promueven ningún tipo de pérdida de peso. "Afectan adversamente el metabolismo al desregular la respuesta correcta a la insulina y el manejo de carbohidratos. El resultado puede ser nutricionalmente devastador, ya que en muchos casos el uso de refrescos dietéticos estimula los antojos de azúcar no deseables". Es decir, además de no aportar nada, nos dan ganas de comida basura.

Afectan a la salud de tus huesos

Ha habido advertencias sobre los efectos de las bebidas carbonatadas en sus huesos, específicamente por el ácido fosfórico que contienen. Según una fuente consultada por Popsugar, la Dra. Debra Jaliman, dermatóloga, “este ácido fosfórico puede inhibir la absorción de calcio y, por lo tanto, provocar la pérdida de calcio del hueso. Cuando hay pérdida ósea en la cara, como en la mandíbula, afecta a los pómulos y puede provocar que parezcas más viejo".

Caries y problemas estomacales

El alto contenido de ácido en el refresco finalmente llega al estómago. Este alto contenido puede conducir al reflujo ácido. Se ha demostrado que el reflujo ácido aumenta el riesgo de cáncer de esófago, pero la historia no termina aquí, ya que este ácido del estómago continúa hasta la boca, donde comienza a erosionar los dientes. Por lo tanto, el problema es doble: tanto en la salud bucal como la estomacal.

Afectan al estado de ánimo

El azúcar afecta al estado de ánimo al menos de dos maneras. En primer lugar, neurotransmisores cerebrales como la dopamina se liberan en respuesta a las bebidas azucaradas como los refrescos, y cuánta más dopamina liberas, mayor sensación de bienestar posees. El problema es que cuando no tenemos a disposición una bebida azucarada, aparecen sentimientos y estados de ánimo desagradables como consecuencia del descenso de dopamina.

Pueden causar gota

"La gota se considera un tipo de artritis y es una afección en la cual los niveles de ácido úrico en la sangre aumentan por encima de los niveles normales", le dijo a Popsugar Susan Bowerman, dietista de Herbalife. "Cuando esto sucede, el ácido úrico forma pequeños cristales que pueden alojarse en las articulaciones (sobre todo en los dedos gordos del pie), donde puede causar dolor extremo, hinchazón y sensibilidad. El problema está en la fructosa que poseen este tipo de refresco, que pueden conducir a niveles elevados de ácido úrico.

Envejecimiento prematuro

Un estudio de la Universidad de California en San Francisco, publicado en el American Journal for Public Health en 2014, descubrió que los bebedores de refrescos tenían telómeros más cortos en sus células inmunes. Los telómeros actúan como pequeñas 'tapas' protectoras que se asientan en los extremos de los cromosomas de las células para evitar que se encojan, y su longitud se asocia con una mayor esperanza de vida. Poseer telómeros más cortos se asocia con muchas de las enfermedades crónicas del envejecimiento, incluidas las enfermedades cardíacas, la diabetes y ciertas formas de cáncer.