Ninguno estamos exentos de sufrir un paro cardíaco. Ni mayores, ni pequeños, ni jóvenes ni deportistas. Por eso reconocer los síntomas y actuar con rapidez es fundamental. Lo primero de todo es llamar al 112 para pedir ayuda alertando a los profesionales sanitarios de lo que está ocurriendo.

Tras ese primer paso, fundamental, podemos salvar una vida con nuestra actuación. ¿Cómo? El tiempo que pasa hasta que llega el equipo sanitario es fundamental, y si queremos aumentar las probabilidades de supervivencia de la persona que ha sufrido el paro deberíamos comenzar las maniobras de reanimación cardiopulmonar básica (RCP), cuyo objetivo es sustituir, en la medida de lo posible, las funciones del corazón y de la respiración hasta que se reestablezcan de forma espontánea o se estabilicen utilizando máquinas o fármacos.

Según indica la Fundación Española del Corazón, la supervivencia actual tras un paro cardiaco se sitúa en torno al 5 %; podría aumentar al 15% si se practican las maniobras de RCP e incluso alcanzar el 30 % si además hay un programa de desfibriladores en la zona, lo que significarían entre 4.500 y 9.000 muertes menos al año sólo en España.

4 acciones que salvan vidas

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Una vez que hemos llamado al 112, deberíamos seguir estos 4 pasos.

-Preguntar a la persona afectada si se encuentra bien. Si no responde, comprobar si respira. Para saberlo la opción más eficaz es observar su pecho y ver si sube y baja.

-En caso de que no respire, moveremos su cabeza hacia atrás y abriremos su boca.

-Comenzamos el masaje cardiaco con una frecuencia de 100 compresiones por minuto. Es importante mantener los brazos estirados y hacer fuerza hacia abajo. Las manos se colocan en el esternón, a la altura del centro del pecho. Para saber el ritmo que debemos mantener en las compresiones podemos seguir el de canciones como Stayin' Alive.

-Pedir un desfibrilador, un aparato que ayuda a que el corazón vuelva a latir. Una vez hemos comenzado a hacer el masaje cardiaco, abrimos el desfibrilador y colocamos los parches sobre el pecho de la persona, tal y como aparece en la imagen que incluye el desfibrilador, que irá diciendo los pasos a seguir hasta que llegue la ambulancia. Su uso es realmente sencillo, además de estar todo indicado se conecta rápidamente con los servicios de emergencia transmitiendo la posición exacta.

El paro cardiaco súbito entre los deportistas jóvenes

Según informa el proyecto HeartRescue de la fundación Medtronic, “cualquiera puede sufrir un paro cardiaco súbito, incluso los deportistas sanos. Saber cómo responder rápidamente a este tipo de crisis puede salvar una vida, incluyendo la de un compañero de equipo o la de un amigo.”

Las causas del paro cardiaco súbito (PCS) entre niños y adolescentes son variadas y a menudo incluyen afecciones cardíacas no diagnosticadas producidas por una estructura o función cardíaca anormal, principalmente irregularidades de tipo eléctrico o factores externos tales como un golpe repentino en el pecho o el consumo de drogas.

En Estados Unidos, cada tres días muere repentinamente un joven deportista de competición. La edad media de los fallecimientos a causa del paro cardiaco súbito entre los deportistas jóvenes es de 17.5 años.

El riesgo de sufrir un PCS es tres veces mayor entre los deportistas de competición.

Más de dos tercios de los deportistas jóvenes que fallecen repentinamente son jugadores de baloncesto o de fútbol americano (el 67%).

Los jugadores varones de baloncesto universitario se ven desproporcionadamente afectados por el PCS (1 de cada 7,000).

Pese a estas informaciones, la Clínica Mayo nos da más esperanzas, “solo en los Estados Unidos, se producen aproximadamente 360.000 paros cardíacos súbitos fuera de los hospitales. De esos paros cardíacos repentinos, muy pocos ocurren en jóvenes, y solo algunos de esos jóvenes fallecieron de un paro cardíaco súbito. La mayoría de las muertes como consecuencia de un paro cardíaco repentino son de adultos mayores”.

Algunas causas de la muerte súbita cardíaca en los jóvenes serían:

Miocardiopatía hipertrófica (MCH), una enfermedad en la cual el músculo del corazón se vuelve anormalmente grueso, lo que hace más difícil que el corazón bombee sangre. Es la causa más común de muerte súbita en los atletas. A menudo pasa desapercibida.

Anomalías de las arterias coronarias, a veces las personas nacen con arterias del corazón que están conectadas de manera anormal. Las arterias pueden comprimirse durante el ejercicio y no llevar al corazón el flujo de sangre adecuado. 

Síndrome de QT prolongado, es un trastorno del ritmo cardíaco congénito que puede hacer que el corazón lata con velocidad y de manera caótica. Los latidos rápidos, causados por los cambios de la parte del corazón que hace que lata, pueden causar desmayos. Estos latidos irregulares pueden poner en peligro la vida. Los jóvenes con el síndrome de QT prolongado presentan un mayor riesgo de muerte súbita.