El ‘trastorno del videojuego’ es mucho más que estar obsesionado con jugar, es ya una enfermedad mental tipificada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), cuyas características afectan no sólo a su vida diaria, sino también al entorno personal, familiar, social, educativo, ocupacional, generando un deterioro significativo en estas áreas.

Cómo saber si padeces el trastorno del videojuego

-falta de control sobre el juego, tanto la frecuencia, como la intensidad o la duración); la persona es incapaz de controlar su conducta hacia el videojuego y no puede poner límite al tiempo que invierte en la actividad ni a las veces que lo hace durante el día o la semana.

-prioridad del juego, el juego pasa a estar por encima de otros intereses vitales y rutinas del día a día.

-escalada del juego, no importa el daño que esté haciendo a su propia salud, el afectado continúa jugando y lo hace cada vez más.

Este es el estudio que ha dado la voz de alarma, y que habla del cambio de actitud en cuanto a la agresividad, empatía, comportamiento social… Un problema que afecta sobre todo a niños y adolescentes que han visto modificada su alimentación para no perder tiempo comiendo y han añadido extra de calorías en la comida procesada, además de la ingesta de bebidas energéticas, con lo perjudiciales que son para la salud.

Entre las consecuencias de este trastorno, además de la alimentación, hay que vigilar:

-la posturología, para evitar una vida no sólo más sedentaria, sino dolores y molestias.

-la vista, tantas horas jugando afectan la degradación de este sentido.

-las relaciones sociales, no debemos olvidarnos que la realidad es lo que ocurre fuera de la pantalla.

-ejercicio, si estás muchas horas sentado, recostado, deberás incrementar el ejercicio que haces, no sólo por tu salud, sino para evitar problemas cardiovasculares, de circulación, musculares…

-alteración del sueño, no descansar las horas adecuadas, e incluso llegar a invertir las horas de juego realizando esta actividad de noche durante largas horas, perjudica seriamente el descanso.