Según el European Journal of Cancer, cada vez hay más evidencias del consumo de carne procesada y su relación con el cáncer de mama. Cada caso es un mundo, y aunque en ocasiones se busca la más mínima relación para descubrir cómo luchar contra el cáncer, este último estudio da la voz de alerta.

Las carnes procesadas serían las salchichas, el jamón, la cecina, la carne seca, la carne en lata, los embutidos… Un varapalo a muchos alimentos que aunque hay que tomar con precaución, puede ser un indicativo de alerta.

El estudio

El informe y el estudio se realizó en Reino Unido en 262.195 mujeres de 40 a 69 años. Analizaron, además de la carne procesada, la carne roja, y se identificaron diferentes marcadores. Algunas de las conclusiones fueron que la carne roja en sí misma no tenía aparente relación con el cáncer de mama, mientras que las carnes procesadas estaban mucho más ligadas.

Dado que las carnes procesadas se venden en todas partes y son de muy fácil acceso, algunas de las recomendaciones que podemos empezar a plantearnos es hacer nuestras propias salchichas, hamburguesas… y olvidarnos un poco de los embutidos.

Por supuesto, no se puede olvidar la visita anual al médico, llevar una dieta equilibrada que incluya carnes, pescados, cereales, productos naturales a poder ser en su mayoría, y hacer ejercicio de manera moderada.