Últimamente vamos al gimnasio y, en los vestuarios, vemos a cantidad de chavales agitando sus batidos de proteína como si no existiese un mañana.

Bien, seguramente en la mayoría de los casos no sea una mala idea. La proteína Whey es el suplemento más vendido de todos ya que para obtener ganancias musculares necesitamos un aporte extra de nutrientes que regeneren las fibras musculares dañadas debido al entrenamiento. Además, es una forma muy cómoda de consumir proteína: un batido con agua y listo.

La proteína de los batidos más vendidos suele estar compuesta de suero de leche, de gran valor biológico y por lo tanto ideal para la ganancia de masa muscular. El valor biológico de una proteína se mide a través de la cantidad de dicho nutriente que el organismo puede retener sobre el total consumido, y en el caso de la Whey, por ejemplo, este valor es de 110, mayor que el huevo (100) o la leche de vaca (93).

No hay duda de que constituyen una ayuda inmejorable a la hora de ganar masa muscular, pero quizá vaya siendo hora de desterrar el mito de que son un imperativo para todo aquel cuyo objetivo sea ponerse fuerte.

Los culturistas de hace cuarenta años sobrevivían sin batidos de proteína

He aquí la cuestión principal: el mercado de los suplementos deportivos mueve muchísimo dinero, y no hay duda de que la primera marca que comercializó los suplementos de proteína acertó de lleno: la proteína construye masa muscular, por tanto, si lo vendo en polvo ayudaré a los culturistas o aficionados al fitness y además me lucraré enormemente. Sus beneficios están más que comprobados y aquel que consuma estos suplementos estará fuera de todo peligro, ya que no son malos para la salud. No, no te destrozarán los riñones o el hígado. Hasta aquí todo bien.

Sin embargo, las personas musculadas ya existían antes de los batidos de proteína, ¿pero cómo lo hacían para ganar masa sin batidos? Simplemente se alimentaban de forma adecuada y consumían la proteína adecuada a través de sus comidas. No hay más.

Las pautas dietéticas para ganar músculo indican que para lograr este objetivo es suficiente con tomar alrededor de 1,5 gramos de proteína por kg de peso corporal. Para una persona de 80 kilos, esto serían 120 gramos de proteína al día que se puede consumir perfectamente a través de los alimentos. Basta con hacer una pequeña multiplicación: 30 gramos de proteína en 4 comidas.

Una nutrición equilibrada que incluya suficientes carnes, pescados, huevos, legumbres, frutos secos y lácteos cumplirá sobradamente con los requerimientos de proteína, por lo que los batidos sí son una gran ayuda, pero no son fundamentales como la gente piensa.

Si te da pereza realizar una comida extra, adelante. Al fin y al cabo son simplemente proteínas que podemos obtener de un buen filete, pero cómodas y en polvo.

La ventana anabólica, posible causa de que los batidos de proteína sean considerados el Santo Grial

El gran problema es que los aficionados a las pesas suelen consumir su batido de proteína inmediatamente después de entrenar, pensando que es en ese periodo de tiempo en el que hay que consumirla sí o sí. Es la gran falacia de la ventana anabólica, que ya desmentimos en Deporte y Vida con la ayuda del dietista Víctor Reyes: “La ventana anabólica tal y como se conoce comúnmente es un mito bastante extendido en el gimnasio. Es el período corto post entrenamiento (las leyendas suelen decir entre 30 minutos y hora y media) en el que el cuerpo está receptivo como una esponja tras el entrenamiento para absorber los nutrientes. Y que si no te tomas un batido en ese período, la ventana se cierra y has perdido tus ganancias”.