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El miedo a dejar el gimnasio y correr en la calle

Muchos corredores noveles no se sienten preparados para correr en público y se apuntan a carreras sin decírselo a nadie, no quieren presión ni ánimos ni agobio.

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El miedo a dejar el gimnasio y correr en la calle
JOAQUIN SARMIENTO AFP

A muchos corredores les pasa que corren y trabajan en el gimnasio, cinta, elíptica, puesta a punto, y a su ritmo, a su aire, con su música, tranquilamente, controlando el lugar, todo es sencillo, tranquilo, y pueden estar corriendo durante horas. Pero cuando les dices de correr en la calle se bloquean. No quieren.

Entre los principales factores a esta situación, el miedo a no conseguir en la calle lo mismo que en el gimnasio, ¿podré hacerlo en un parque? ¿Y en una carrera?

Está asociado también a un miedo a lo desconocido, en el gimnasio lo tienes todo controlado y en la calle estás rodeado de cientos de corredores, de las condiciones metereológicas, de aceras, desniveles, semáforos, coches, lesiones… En el gimnasio todo está bajo control, en la calle todo puede pasar.

Es un miedo escénico. Un miedo a ser el principiante que no sabe dónde ponerse, a estorbar, a caerse, a hacer el ridículo aun sabiendo que nadie te está estorbando. Es un miedo a no conseguir tus metas. Es un freno que tú te pones pero que hay que vencer. Con el mismo esfuerzo que se pone en la cinta hay que ser capaz de salir a la calle y correr con los demás. Hay que salir a la calle y hacer tu primera carrera.

Muchos corredores noveles prefieren hacerlo en solitario, a su aire, sin presión, sin que nadie les diga nada. O tal vez lanzarse con alguien de su mismo nivel, alguien que nos les vaya a juzgar ni a animar, porque no lo quieren.

Si este es tu caso, el otoño es el mejor momento para apuntarse a tu primera carrera sin decírselo a nadie. Seguro que será la primera de muchas.