Lesionarse y estar en el dique seco por alguna u otra razón es un fastidio: corta nuestra progresión, nuestras ganas de hacer deporte y nos da más de un quebradero de cabeza en función de la gravedad. Ejercitarse y hacer deporte, además de sinónimo de vida sana, puede ser también sinónimo de lesión si no hacemos las cosas bien, así que te damos las claves para no perjudicar nuestro cuerpo y tener que dejar los entrenamientos a un lado durante un breve o largo período de tiempo.

Calentamiento

Ya sea un ejercicio cardiovascular como correr o un entrenamiento de fuerza con pesas, el calentamiento siempre es fundamental. Es necesario acondicionar nuestros músculos y articulaciones antes de llevar a cabo un gran esfuerzo. No sólo sirve para estirar el musculo, también aumenta el flujo de sangre y comienza a preparar nuestra respiración para oxigenar todo el organismo. El calentamiento ideal sería de entre 5 y 10 minutos, dependiendo del ejercicio que vayamos a llevar a cabo.

Saber escuchar al cuerpo

Si un día estamos completamente destrozados, no es imperativo entrenar. Quizá sea mejor descansar ese día y recuperar nuestras fuerzas para el día siguiente, aunque tengas muchas ganas y creas que puedas cumplir con las expectativas. Asimismo, si arrastramos alguna molestia a la que no damos importancia, puede ser buen momento para visitar a un fisioterapeuta para que no vaya a más y nos lastimemos de verdad. No todos los días son iguales, ni en todos ellos nuestro cuerpo nos responderá al cien por cien.

No te sobrevalores

Puede que el momento de pasar a hacer media maratón o subir 20 kg más a los discos en press de banca esté cerca, pero no lo hagas a menos que tengas la certeza de que estás preparado. La veteranía es un grado, y si estamos comenzando a realizar un determinado deporte, tenemos que saber ir poco a poco y adaptarnos al nivel que poseemos en ese momento, ya que el riesgo de lesión se multiplicará inexorablemente si queremos ir más deprisa.

Hidrátate

La importancia de beber agua de manera regular es clave, porque una deshidratación leve (de apenas el 1-2 por ciento) causa síntomas, con reducción de reflejos o pérdida de concentración y lentitud a la hora de responder, que causa problemas a la hora de conducir, por ejemplo, por lo que imagínate a la hora de hacer deporte. Y se soluciona con agua, no hace falta más. Se recomienda beber unos 2 litros de agua diarios, pero para evitar complicaciones, lo mejor es que bebas lo que te pida el cuerpo a la hora de hacer ejercicio.

Respeta la técnica

Cada deporte o ejercicio implica una determinada técnica para llevarlo a cabo. Aléjate de las malas posturas o los sobreesfuerzos, porque se multiplica el riesgo de lesión. Es importante saber cómo se hace correctamente un ejercicio, e ir perfeccionando la técnica practicando progresivamente cada ejercicio o actividad. Sin prisa, pero sin pausa.