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Qué es la moda del “cheat meal” y qué beneficios puede tener

Cheat meal significa en inglés, literalmente, comida trampa. Es uno de los métodos más usados entre los asiduos al gimnasio a la hora de hacer dieta. Te lo explicamos
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Qué es la moda del “cheat meal” y qué beneficios puede tener en tu dieta
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Seguramente lo habrás oído alguna vez en una conversación entre dos asiduos al gimnasio: “Estoy ansioso por comer, hoy toca cheat meal”. Pues bien, el cheat meal no es más que hacer una comida trampa bajo un régimen de alimentación estricto. Un cheat meal consiste, básicamente, en saltarnos la dieta un día de la semana para comer lo que queramos durante la comida o la cena, y así hacer más llevadera una dura y exigente alimentación.

Sin embargo, no debemos equivocarnos: cheat meal no significa necesariamente que tengamos que ingerir comida hasta que no podamos más, o alimentarnos de comida basura hasta la extenuación. Es solo una estrategia que utilizan muchas personas en el mundo de la musculación, ya que puede tener ciertos beneficios más allá del gusto de comer alimentos que podrían estar prohibidos en un régimen estricto.

Hay muchísimas maneras de hacer un cheat meal: puede ser un día o dos a la semana, y como mencionábamos antes, no se trata simplemente de atiborrarnos a hamburguesas o pizza. Si nos gustan otro tipo de alimentos como el chocolate, los dulces o los helados, sacrificamos un día de la dieta y hacemos una ingesta controlada de ciertos alimentos que no podríamos consumir todos los días por sus riesgos para la acumulación de grasas. Asimismo, siempre será más beneficioso hacerlo un día de entrenamiento, ya que asimilaremos mejor los nutrientes y nos sentiremos más satisfechos con la comida.

¿Qué beneficios tiene un cheat meal?

Como mencionábamos antes, un cheat meal se hace dentro de un régimen de alimentación estricta. Por tanto, el principal beneficio que tiene es psicológico: nos ayuda a rebajar la ansiedad producida por tener el control de la comida diaria y nos permite darnos un pequeño festín, lo que provoca cierta alegría y desasosiego.

Además, también puede ser beneficioso a nivel metabólico: nuestro cuerpo está tan acostumbrado a una alimentación estricta, que cuando le damos ese empujón en forma de calorías, recoge mejor los nutrientes y puede favorecer la termogénesis, imprescindible si queremos quemar grasa.

Por último, un cheat meal (bien hecho) estimula los niveles de leptina, proteína que se libera del tejido adiposo y que está vinculada con el desarrollo de obesidad. También reduce el hambre y provoca saciedad, y si estamos en una dieta hipocalórica, en la que nuestros músculos sufren y se ven algo más “vacíos”, recarga los niveles de glucógeno muscular y nos puede permitir rendir a gran nivel en el próximo entrenamiento.