El café y el té son bebidas con un buen puñado de beneficios para nuestra salud. Sobre todo, en el campo del ejercicio físico, donde ambos actúan sobre nuestra sensación de cansancio y mejoran nuestro rendimiento. Entre otros beneficios, también destaca que aumentan la salud del corazón, reducen el riesgo de diabetes y pueden ejercer de protectores ante enfermedades como el Alzheimer.

Sin embargo, un nuevo estudio publicado en Journal of Hepatology ha descubierto una nueva propiedad en estas bebidas: su consumo está asociado con menores patologías y enfermedades crónicas en el hígado en la población general.

Para la investigación, los médicos analizaron datos de unas 2.500 personas que participaron en el Estudio de Rotterdam en los Países Bajos, donde fueron sometidas a exámenes exhaustivos, incluyendo exámenes completos del hígado y una encuesta que contenía preguntas detalladas sobre los hábitos de consumo de té y café. El consumo de café se dividió en ninguno, moderado (0-3 tazas al día), o frecuente (más de 3 tazas al día), y el té se dividió en algunas de sus variedades (verde, negro o de hierbas) y lo mismo para las raciones que en el caso del café.

El estudio mostró que aquellos que bebían café con frecuencia tenían probabilidades mucho más bajas de fibrosis hepática y mayor cicatrización del hígado, sin importar dónde o cómo vivieran. Algunos investigadores no implicados en el estudio sugirieron que, puesto que se limitaba a personas de raza blanca y mayores, debemos ser escépticos con respecto a los resultados.

Según uno de los principales autores de la investigación, “hay muchos datos epidemiológicos, pero también experimentales, que sugieren que el café tiene beneficios para la salud en las elevaciones de enzimas hepáticas, hepatitis viral, cirrosis o cáncer de hígado", y subraya que “más allá de los beneficios del café sobre el hígado, se ha demostrado que el café está inversamente asociado con la mortalidad general en la población general”.