Tal y como informó AS en su momento, el pasado mes de febrero una persona falleció por las heridas producidas por el ataque de un tiburón en la playa de Little Bay, en la ciudad de Sídney (Australia). Un ataque de un tiburón de más de 4 metros a tan solo 500 metros de la orilla. Era la primera víctima mortal desde 1963, según informaron desde la Sociedad de Conservación de Taronga.

En ese momento no se detalló la identidad de la víctima ni las causas del accidente. Más de un año después, ya se conocen ambas cosas. La víctima era Simon Nellist, un nadador y buceador británico ex integrante de las fuerzas aéreas británicas (RAF) que había estado dos veces en Afganistán y que ahora vivía en Australia junto a su prometida, Jessie.

Respecto a las causas, desde International Shark Attack File lo han calificado como provocado. Así lo explicaba Gavin Naylor, director del programa de investigación sobre tiburones de la entidad de Florida: "Aunque Nellist no provocó conscientemente el accidente, estaba nadando en una zona donde la gente pescaba y la pesca es una actividad que atrae a los tiburones. Por lo tanto, se considera provocado". Y especifica: "Cualquier factor que les atraiga como la pesca, los cebos, pescar vieiras o comportamientos como montarlos o acariciarlos (alucinaríais de lo que llega a hacer la gente) inducen a comportamientos no naturales".

En este sentido, Nellist ha afirmado también que "no entraré en el informe anual, que se centra en los incidentes que se consideran no provocados y que permiten entender mejor el comportamiento natural de los tiburones". Incidentes como los que suelen recibir los surfistas, que esperan tranquilamente en el pico cuando reciben el ataque. Debido, según otro estudio, a la confusión con posibles presas como focas.