A la 1 de la madrugada del jueves 16 de marzo, Blake Johnston se metía en el agua para iniciar su sesión de surf. A las 07:11 de la mañana del viernes, 17 de marzo, se convertía oficialmente en el baño más largo de la historia del surf, con 30 horas y 11 minutos. Había surfeado 537 olas y acumulaba más de 218.000 dólares en pro de la salud mental. El trabajo estaba hecho, pero Blakey tenía otros planes. Había dicho 40 horas y pensaba cumplirlo. Y eso es exactamente lo que hizo.

Al final, el ex surfista profesional y actual entrenador del CT acabó saliendo del agua a las 17:07 del viernes 17 de marzo, superando las 40 horas de sesión y surfeando 707 olas en total. La recaudación ascendía a 330.000 dólares, que irán a parar a manos de la Chumpy Pullin Foundation, una organización sin ánimo de lucro que mantienen vivo el legado del snowboarder olímpico Alex 'Chumpy' Pullin -fallecido a los 32 cuando practicaba pesca submarina- colaborando en temas de salud mental juvenil. 

Cabe decir que el objetivo del récord de Johnston era colaborar en temas de salud mental. No solo porque él y su hermano Ben son fundadores de la organización, sino porque ambos tuvieron una infancia marcada por el suicidio de su padre.

Entre otros hechos destacables de su gesta, merece la pena nombrar que hasta 50.000 personas se acercaron en algún momento a animar al nuevo recordman mundial de surf. Incluso la mujer de Chumpy, Ellidy; o que hasta el Gobierno local se involucró con la iniciativa, con los dos partidos mayoritarios asegurando 15.000 dólares si ganan las siguientes elecciones. Al salir, en la orilla le esperaba su familia, con quienes se fundió en un emotivo abrazo.