El coronavirus también ha llegado a las antípodas. Hablamos de Nueva Zelanda, donde como aquí se han cerrado las playas y se ha prohibido por tanto cualquier actividad acuática como el surf. Así, la policía acudió a las zonas costeras para informar de las prohibiciones con quienes las estuvieran incumpliendo.

En una de estas 'charlas', un fotógrafo captó a un surfista hablando con una agente, con la tabla de surf en una mano y haciendo una peineta con la otra. En el pie de foto de la noticia del periódico Stuff decía -ahora lo han rectificado- que al surfista no le gustaba lo que le decían las autoridades. Las redes se le echaron encima, con amenazas incluso de muerte. 

Tras el revuelo generado, otro periódico consiguió hablar con el protagonista de la foto, tomada en una playa de West Auckland, para esclarecer los hechos. Y decía: "se la saqué al fotógrafo que estaba merodeando por la playa sin pensarlo. La realidad es que hablé con la policía y fueron encantadores. Entendí sus instrucciones y acepté la prohibición; incluso estuvimos hablando durante 10 minutos más".

Sin embargo, al cabo de un rato le salpicó la polémica por una foto de un periodista, del que sin pelos en la lengua decía que "condujo expresamente hasta aquí para tomar fotos junto a la policía, lo que no es ni un servicio esencial ni periodismo, sino material sensacionalista". O por lo menos, no bien contextualizado... lo cual en estos momentos difíciles es muy importante para evitar malentendidos. Las emociones están a flor de piel...