Candide Thovex: el esquiador más viral de todos los tiempos
Lo llaman innovador, legendario, embajador del freeski... y todos ellos describen a la perfección las capacidades y los logros de este esquiador y sus esquís.
El esquiador francés Candide Thovex nació en Annecy y con tan sólo 2 añitos ya aprendió a esquiar en la Clusaz, la estación que se ha convertido en su casa. Con 4 añitos, Candide ya construía saltos detrás de su casa y apuntaba maneras, incluso siendo tan joven ya se podía apreciar su talento encima de los esquís. Con 14 primaveras ganó su primera competición de móguls decidiendo así que el freestyle era lo que más le gustaba.
Los inicios, la fama, el freestyle
Candide Thovex grabó su nombre en el mapa del freeski por primera vez cuando tenía 17 años, siendo el pionero en saltar el famoso Chad’s Gap, un salto de 37 metros hasta la recepción y a 12 metros de altura por encima de un barranco que era la entrada de una antigua mina.
A partir de ahí empezó su carrera competitiva, ganando primero el oro de los X Games en Big Air. Su aprendizaje en los saltos parecía no tener límite y lo iba demostrando por todo el mundo.
Sin embargo, su ambición de querer volar más que el resto también le costó varias lesiones de rodilla. Así que no contento con solo competir, Candide utilizó los meses de recuperación para meterse en el mundo de la grabación y producción y fundó WW Prod, cuya primera obra fue Rastafaride. Consiguió vender 10.000 DVDs. Casi nada.
A partir de entonces, filmar y saltar ocuparían los días de Candide, sin perder el foco en la competición y el freestyle de alto nivel. En el año 2000, por ejemplo, volvió a visitar el famoso Chad’s Gap y se planchó un DSpin 720 en ese terrible salto que era inasequible para el resto del mundo.
A nivel competitivo decidió participar en el Superpipe de los X Games y ganó también el oro. Junto a CR Johnson cambiaron y subieron por las nubes el nivel de riding en el halfpipe del evento de referencia. Volaron más alto que cualquiera de los snowboarders, algo particularmente sorprendente porque en 2003 no había ningún Superpipe en Europa donde Candide pudiera entrenar.
En este contexto, al freeskier francés le llovieron los premios al mejor esquiador, al esquiador más progresivo, esquiador del año... y es que hacía e inventaba cosas que ni se creían posibles, como cuando hizo el primer 810º a un rail.
Por si fuera poco, en 2007 Candide se llevó otro oro en los X Games, esta vez en la modalidad de slopestyle. Se convirtió así en el único rider que ha conseguido 3 medallas de oro en los X Games, cada una en una disciplina distinta. Y ese mismo año le cambió la vida, pero no por las medallas.
Big Bertha es el nombre del inmenso salto que le rompió la espalda a Thovex. Una fractura en la L1 puso en duda su futuro como esquiador. Los médicos dudaron durante mucho tiempo que el de Annecy pudiera volver a esquiar y definitivamente descartaban la posibilidad de que pudiera volver al nivel al que había llegado.
Después de casi dos años de recuperación Candide Thovex se volvió a calzar los esquís, pero lo hizo lejos de los snowparks. Cuando el freeskier francés volvió a esquiar lo hizo sólo en nieve polvo y a solas, lejos de las multitudes, con la única compañía de su cámara Simon Favier.
Pasó un tiempo antes de volver al mundo de la competición. Tenía dudas y no sabía si sería capaz de estar al nivel de los otros esquiadores. Pero le invitaron a un novedoso evento que combinaba freestyle y freeride llamado Red Bull Line Catcher. Se decidió en participar y consiguió llevarse la victoria.
Ese éxito lo animo a competir en el Freeride World Tour. Tras ganar la prueba de Chamonix (Francia) hizo el tour completo al año siguiente, volvió a ganar en Chamonix y consiguió un tercer puesto en la final del Bec de Rosses en Verbier (Suiza), lo que fue suficiente para llevarse el título del campeón del mundo de Freeride el año 2010. A partir de aquí ya era 'el freerider' Candide Thovex.
Las películas de Candide Thovex
La competición ha sido parte muy importante de la carrera de Candide Thovex pero su fama seguramente venga de sus vídeos y producciones, que han conseuido millones y millones de visualizaciones.
Empezó con los videos de Rastafaride y siguió con varios documentales y videos de esquí que fueron un éxito, pero el verdadero punto de inflexión en el audiovisual fue en 2012 con la película llamada Few Words. Tuvo un éxito arrollador e inmediato, ganó multitud de premios y fue proyectada en un tour por hasta 24 países. Pero eso fue solo el principio de la explosión audiovisual de Candide Thovex.
One of Those Days
Al año siguiente, el freerider francés empezó con la grabación del primero de tres vídeos de la serie “One of Those Days”. Eran -son- piezas grabadas únicamente con una cámara en su casco y muestran las hazañas del esquiador desde un punto de vista nuevo y distinto de lo que se había visto hasta el momento.
Estos tres videos se convirtieron en virales y cada uno fue más exitoso y sorprendente que el anterior. “Legendario, innovador, inhumano” son adjetivos que se usaban -y se usan- una y otra vez para describir el talento y la creatividad del freeskier francés. Pero la historia no acaba aquí…
Una vez más, Candide Thovex sorprendió y consiguió llevar el freeski a millones de personas gracias a las campañas de publicidad realizadas junto a Audi. Quattro y Quatro 2 son dos clips en los que el de Annecy esquía en roca, piedra, arena, cristal, en lugares sorprendentes haciendo trucos increíbles. Siempre con un factor común: sin nieve.
El talento y la creatividad no entienden límites y esto lo ha demostrado Thovex a lo largo de su carrera. En su parte más reciente, para todo el mundo, aunque no tuvieran ni idea de esquí. Quattro 2, un proyecto que se grabó durante 3 meses en 30 sitios distintos en 10 países diferentes, consiguió 65 millones de visualizaciones en los 3 primeros días...
Y esta es tan solo una de las razones por la que Candide no es simplemente un esquiador, sino una figura histórica del esquí, el más viral de todos los tiempos, un freerider al que no hay que perderle pista en Instagram uno de los máximos responsables de la evolución de este deporte, un antes y un después en la progresión del freeski. A día de hoy sigue empujando los límites de lo que se cree humanamente posible encima de unos esquís.