El Tour, desde dentro en moto

ASO, la empresa organizadora de la carrera más importante del mundo, invitó a AS a hacer la segunda etapa, entre Vitoria y San Sebastián, en una de las motos de carrera. El motivo era ver todo el ambiente en la Grand Départ por el País Vasco, con miles y miles de personas en las cunetas y sin apenas metros de recorrido ausentes de público durante 208 kilómetros, algunos de ellos con una ligera lluvia.

El motorista fue Romain Champion, un experto sobre las tres ruedas (así son la mayoría en el Tour de Francia) con una moto que luce el dorsal 23. De salida, en una abarrotada Vitoria, la carrera recorrió, en tramo neutralizado, todos los puntos más conocidos de la capital alavesa, con una Plaza de la Virgen Blanca a reventar. Si la salida en Bilbao fue espectacular, lo que vivieron los presentes en Gasteiz y Donosti no quedará atrás. Unos días que el País Vasco llevaba años esperando de un Tour que hoy dejará atrás su territorio con un buen sabor de boca. Ikurriñas, marea naranja del Euskatel, maillots del laureado KAS, camisetas de Athletic Club, Alavés, Real Sociedad, Eibar… rara era la persona presente en la carretera que no portase algo distintivo.

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Desde primera hora, con el paso de la caravana publicitaria, el público aplaudía sin distinción a coches, motos (como en este caso)… y, obviamente, a los verdaderos protagonistas, los corredores. Egan Bernal dijo el pasado jueves, en la presentación, que la afición vasca era la mejor del mundo, y a buen seguro que todos ellos dejaron el listón bien alto. Hicieron buenas sus palabras. El Tour se despide de España y del País Vasco hasta nueva orden, pero deja atrás imágenes para la posteridad.