Imperial Van der Poel
El neerlandés triunfa en Harelbeke tras atacar a 44 km de meta, en el Paterberg, y marcharse. En ese mismo punto Van Aert, 3º, se fue al suelo. Lazkano, muy activo.
En la salida de la E3 Saxo Classic, conocida clásicamente como E3 Harelbeke, la localidad belga que es inicio y salida de la prueba, estaban Mathieu van der Poel y Wout van Aert, ambos de 29 años y que se enfrentaban por vez primera en 2024 en carretera después de sus tradicionales duelos invernales en el ciclocross. Y, casualidad, los dos arrancaban el día con 46 victorias en su palmarés. Era día para desempatar en Flandes Occidental, cerca de la frontera con Francia y en la gran prueba preparatoria para el Tour de Flandes, y el triunfador fue un imperial Mathieu van der Poel, que suma su primer éxito de la temporada en su segundo día de competición (10º en la Milán-San Remo, clave en la victoria de su compañero Philpsen). Y el del Alpecin lo hizo a lo grande, en solitario, contra Van Aert y contra el Visma.
El momento clave de la carrera llegó a 43,8 km de meta. ¡El Paterberg! Una de las colinas adoquinadas más míticas del ciclismo, en la que un español entró en cabeza: Oier Lazkano. Ver al del Movistar, con el maillot de campeón nacional, en estas luchas ya no sorprende, y en eso son palabras mayores. Dice mucho del vasco, que lo intentó en un día frío, lluvioso... y justo en ese momento Van der Poel, que llegó bien colocado, atacó. Y se marchó. Van Aert, algo atrás, trató de reaccionar, llegó incluso a pisar la hierba y a la hora de salir del canalón (los márgenes del camino) su rueda delantera patinó y se fue al suelo. Pudo seguir, pero el tiempo perdido y los numerosos corredores por delante, a los que costaba adelantar en un tramo tan estrecho, fueron casi definitivos para el desenlace de la carrera. “Lo cambió todo para mí. Notaré el golpe en los siguientes días”, dijo Wout en meta.
El maillot arcoíris hizo camino por delante y Van Aert empezó a remontar. El del Visma se quitó a todos los corredores que tenía entre medias y se colocó en segunda posición, a treinta segundos de su enemigo de toda la vida. Todavía casi 40 kilómetros por delante en lo que parecía una contrarreloj individual, llegando a reducir la ventaja hasta los 14 segundos, teniendo al neerlandés cerca con la mirada, pero ese fue el punto más cerca que estuvo de atraparle. Lo dio todo, también Mathieu reguló, y después Van Aert pagó el esfuerzo. Tal vez podría haberse apoyado en su compañero Jorgenson, pero el orgullo de campeón tras la caída le impulsó a no dejar marchar la carrera... El ganador ya estaba decidido. Hasta el propio Van Aert fue atrapado por detrás en la lucha por la segunda plaza, que le arrebató su compatriota Stuyven, mientras que el ganador de las dos últimas ediciones, recién llegado del Teide de sus semana de entrenamiento, se tuvo que conformar con la tercera posición.
Para que todo esto ocurriese, antes ya habían pasado muchas cosas, especialmente en el Taaienberg (a 81 km de meta), donde hubo una primera gran selección de carrera. Con una fuga por delante formada por diez corredores, incluidos dos Movistar (Milesi y Cavagna, en un día aplaudible del equipo español). En dicha cota Van der Poel hizo su primer ataque. Poco después fue atrapado, y Van Aert llegó relativamente bien, pero el grupo ya estaba seleccionado. Lazkano también resistía con los más fuertes. La carrera estaba lanzadísima. Van der Poel y Van Aert estaban juntos, pero este último no relevaba, consciente de su superioridad numérica de compañeros por la ausencia de los de Van der Poel. Al neerlandés tampoco le hicieron falta y volvió a demostrar el corredor que es.
El Paterberg decidió esta edición de un total de 207 kilómetros con 17 cotas y nueve tramos adoquinados, y Van der Poel, que en 2023 conquistó no pudo revalidar su título en el Tour de Flandes (domingo 31), este año se postulará como favoritísimo al no estar el rival que le derrotó el pasado año, Tadej Pogacar. En la llegada a meta, el campeón del mundo, en pie sobre su bici, hizo el saludo militar, explicando luego que era por un emoticono habitual de WhatsApp. Está a todo, incluso para regalar la copa gigante de cerveza del podio a un aficionado. Lazkano acabó el 14º: “Intenté anticiparme un poco. Nunca se sabe en estas carreras, por eso son tan bonitas. Noté un poco la falta de competición al tener que estar una semana parado (por enfermedad). Buenas sensaciones y nos quedamos con eso”. Este domingo, el triunfador Van der Poel volverá a ser de la partida en la Gante-Wevelgem, esta vez sin Van Aert, y de nuevo será el rival a batir.
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