El VAR quita y da la victoria a Aranburu
Polémica en la meta de Beasain: el ciclista guipuzcoano trazó en una rotonda por la derecha, por donde marcaba el libro de ruta, pero la organización puso por error una valla. Primero le descalificó y luego atendió su recurso.


La imagen de la Itzulia quedó seriamente dañada el año pasado con el múltiple accidente de estrellas que en la presente edición se han borrado de las carreteras vascas. Y lejos de reparar un borrón tan grande, este 2025 ha traído más barro. Lo de hoy en Beasain ha dejado perplejo al personal, un triunfo de quita y pon. El VAR aterrizó, bajo la denominación de instant replay, en el baloncesto, llegó al fútbol y lo convulsionó todo, hasta el punto de que muchas veces se habla más de esta diabólica revisión tecnológica que del propio juego, y empieza a asomarse en el ciclismo. Alex Aranburu ha vivido en sus carnes una tragicomedia. Primero una fatalidad y una hora más tarde, una alegría y un alivio mayúsculos. El éxito en diferido. No puede haber mayor desgracia que ganar en tu casa y que te quiten esa bolsa de dicha cuando vas camino del podio.
El guipuzcoano fue inicialmente descalificado por los jueces cuando estaba celebrando el triunfo en Beasain. Todo eran sonrisas, pero en su palmarés esa victoria iba a ser suprimida. Por razones burocráticas, tenía el caramelo en la boca, pero le obligaban a escupirlo. Estuvo mucho más despierto en la última rotonda que daba paso a la recta final. Había una valla, con dos voluntarios que se apartaron, y acortó por un pequeño hueco que dejaba la misma, mientras su rival iba por la trazada más larga y expedita. Detalle que aprovechó el guipuzcoano para asestar el golpe definitivo. Pero cuidado, ganó por donde el libro de ruta marcaba que se debía transitar, por la derecha, por allí fue él. Pero minutos más tarde se lo quitaron, con el enfado mayúsculo del campeón español. El que recogió el regalo fue Gregoire, que subió al podio y hasta declaró que le sabía mal ganar así, que no veía el éxito como propio. Ayer los jueces sacaron amarilla a Aranburu por un trazado por el arcén y ya venía calentito, esto aún le subió más la indignación. Podía quedar expulsado. Su director, Bingen Fernández, bramaba por la decisión: “No hay argumentos. Si el libro de ruta no vale, a partir de ahora cada uno hará lo que le dé la gana. Es muy frustrante”. Reglamento en mano había serias dudas ¿por qué el libro de ruta decía lo contrario de lo que se dictaba sobre el arcén? El equipo montó en cólera y los jueces UCI les acabaron dando la razón. Después de que Gregoire se hubiera ido al hotel degustando la gloria.
Aranburu se quedó con dos palmos de narices inicialmente. Era un disarate histórico. En una rotonda cercana de Lazkao ya trazó por la derecha también como era obligatorio. Y se alegró al ver que se imponía la cordura. Luce el maillot de campeón de España. Rozó el primer peldaño del podio en tres ocasiones, en las que acabó con el bronce, y en 2024 al fin vio cumplido su sueño. Así que el pelotón le mira con respeto. Pero otro objetivo que llevaba buscando era una nueva victoria en su casa, tras la de 2021 en Sestao. En Beasain, en la tercera etapa de la Itzulia, a tiro de piedra de su Ezkio natal, se vio con buenas piernas y eligió el momento adecuado para lanzar su desafío. En un pequeño descanso tras coronar Lazkaomendi, lanzó un ataque furioso cuesta abajo. Le respondió Almeida, que no conocía el terreno de igual manera. De hecho, el portugués se equivocó en una rotonda, dando mucha apertura, de tal forma que casi se va al suelo. En la siguiente, el vasco entró en esa trampa que inicialmente le amargó. Esta vez los detalles elevaron al guipuzcoano cuando trataba de asestar el golpe definitivo. Se fue hacia la meta, se tocó el caso feliz como unas castañuelas y se abrazó tras pasar la raya a un auxiliar bañado en lágrimas de emoción y felicidad. Todo se torció inicialmente en el jardín de su casa y acabó reparándose la injusticia. Hasta le entrevistó en meta un familiar para Euskadi Irratia. Se puso a comer gominolas para subir el azúcar y agradeció el apoyo de sus allegados. Su equipo, el Cofidis, es francés, pero ama Euskadi, que ahí están él, Ion Izagirre y los técnicos, Gorka Gerrikagoitia y Bingen Fernández. Schachmann, muy activo durante toda la etapa y mostrando enorme poderío que le hacen ser más temible para sus enemigos, retiene el mailot amarillo. Fue tercero tras Gregoire. Hasta aumentó la ventaja, ahora sobre su compatriota Lipowitz, a cuatro segundos tras arañar esa bonificación. Un día más en busca de la txapela.
Por cierto, Izagirre no está bien y se nota. Sufrió un fuerte golpe en el GP Indurain y le duelen las costillas, así que esa baza está encasquillada en el Cofidis. La tercera fue una etapa muy dura y rápida, nerviosa, con muchos sobresaltos, que tuvo movimientos desde el principio. El gran protagonista de la primera mitad de la etapa fue el francés Almirail, el que más beneficio sacó de los múltiples ataques que se dieron tras la salida en Zarautz. Se puso a hacer el ganso con caballitos en la subida a Gainza. Al principio le acompañó su compatriota Vercher, pero después rodó solo hasta que los movimientos en el pelotón hicieron que le cazasen a 75 kilómetros de meta primero un trío de ilustres, Kuss, Vlasov y Del, e inmediatamente el pelotón.
Con esa fusión comenzaron las hostilidades entre los mejores, con el Red Bull-Bora y el UAE al ataque, el líder Schachmann a la defensiva y Pello Bilbao y Ion Izagirre, las grandes esperanzas vascas para la general de la carrera, cortados por problemas físicos y fuera de la pelea entre los mejores. El trabajo de UAE se intensificó con un ataque de Soler, aunque reaccionaron en el pelotón los franceses Berthet y Molard. Hizo camino el trío, tomó un minuto de ventaja y Soler, que estaba a 20 segundos del maillot amarillo y además sumó los 3 del esprint del primer paso por Beasain, se puso líder virtual antes de encarar el primero de los dos grandes muros de la etapa, el de Gainza (casi 2 kilómetros al 15,1 por ciento de desnivel y una cuesta de 800 metros al 16,8).
En tan tremendas rampas fueron cediendo del trío cabecero Molard y Soler, lo que dejó por delante a Berthet, aún con la buena ventaja de 50″. Este último no quiso comer gran cosa por el calor, tomó gel, y le dio un apretón. Su pundonor empieza a cautivar a la afición, pese a la pérdida de tiempo en la crono inaugural. En el pelotón pareció pasar muchas dificultades Schachmann, aunque se quedó con el grupo de los mejores, que en la cima era de unos 15 corredores, a quienes se sumaron otros grupos en la bajada. No acabaron las hostilidades y hasta el maillot amarillo se decidió a atacar, como dice que hace Pogacar desde lejos y tratando de imitarle, lo que rompió el pelotón principal dejando al principal favorito, Almeida, en un segundo grupo perseguidor de Berthet. El francés también fue líder virtual y se mantuvo por delante hasta Lazkaomendi, en principio punto crucial de la jornada.
Aunque en las paredes verticales de ese muro, con tramos hasta el 18 por ciento, cedió ante las apariciones estelares del colombiano Tejada, el primero que atacó, Lipowitz, Aranburu, Schachmann en la cima y Almeida en la bajada hacia Beasasin. En esos 5 kilómetros finales le desbordó Aranburu, que se fue derechito a la meta en la localidad vagonera. Lo que no sospechaba es lo que le iba a venir después. La cruz y la cara de un día de locos.
El australiano Caleb Ewan (Ineos Grenadiers), ganador de la segunda etapa, con final en Lodosa, no tomó este miércoles la salida en la tercera. Se va tras cumplir su objetivo, el de imponerse en la única etapa con posibilidades de esprint masivo. Pero si todos hicieran lo mismo, esta sería una carrera a la carta un poco de chiste. Además del ‘Cohete de bolsillo’, tampoco partió desde Zarautz el rodador belga Victor Campenaerts (Lease a Bike), en su caso porque fue de los principales damnificados de la caída que sucedió en la etapa del martes a pocos kilómetros de meta.
La etapa de mañana, la cuarta de la carrera, tiene un perfil similar a la de hoy, con un recorrido de 169,6 kilómetros entre Gipuzkoa y Bizkaia, con salida en Beasain y llegada a Markina-Xemein, salpicado de subidas puntuables y un duro muro a poco de meta. Esta vez a 10 kilómetros. Ese muro, considerado de primera, es el Alto de Izua, una de las caras que lleva al Santuario de Arrate, subida icónica de esta carrera. Un total de 3,5 kilómetros al 10,6 por ciento de desnivel y rampas de hasta el 20 por ciento. Por medio, casi 2 kilómetros al 13,4 y una tremenda cuesta de 700 metros al 17 por ciento. Previamente los corredores habrán calentado las piernas con vistas a esa pared definitiva en seis subidas mucho más livianas, todas de tercera, en los dos primeros tercios de la jornada.
Clasificación de etapa Zarautz-Beasain
1. Alex Aranburu Cofidis 3:45,21 (10′' bonif)
2. Romain Grégoire Groupama-FDJ a 3 (6′')
3. Max Schachmann Soudal Quick-Step m.t. (4′')
4. Joao Almeida UAE Team Emirates-XRG m.t.
5. Enric Mas Movistar Team m.t.
6. Mattias Skjelmose Lidl-Trek m.t.
7. Wilco Kelderman Team Visma m.t.
8. Florian Lipowitz Red Bull-BORA-hansgrohe m.t.
9. Steff Cras Team Total Energies m.t.
10. Ilan Van Wilder Soudal Quick-Step m.t.
Clasificación general
1. Max Schachmann Soudal Quick-Step 8:17:47
2. Florian Lipowitz Red Bull-BORA-hansgrohe a 4 seg.
3. Joao Almeida UAE Team Emirates-XRG m.t.
4. Ilan Van Wilder Soudal Quick-Step a 15
5. Mattias Skjelmose Lidl-Trek a 16
6. Wilco Kelderman Team Visma | Lease a Bike a 37
7. Romain Grégoire Groupama-FDJ a 40
8. Steff Cras Team Total Energies a 46
9. Alex Aranburu Cofidis a 01:03
10. Enric Mas Movistar Team a 01:14
Resolución de los jueces:
Tras las primeras imágenes recibidas, se tomó la decisión de descalificar al dorsal 51 por ‘Desviación del recorrido de la prueba con obtención de ventaja’, ya que las imágenes parecían mostrar que el corredor había tomado la rotonda de una forma que se desviaba del itinerario señalizado. Sin embargo, tras recibir y revisar distintas pruebas, incluyendo datos de Veloviewer, el libro de ruta y la información facilitada por el equipo, se ha podido comprobar que toda la información disponible indicaba que la rotonda en cuestión debía tomarse por el lugar elegido por el corredor del equipo Cofidis. De acuerdo con el artículo 1.2.064 del reglamento de la UCI, “Los corredores deberán estudiar con anticipación el recorrido”. En este caso, el corredor siguió correctamente el trazado previsto. Además, la ventaja obtenida por el corredor tras salir de la rotonda continuó aumentando hasta la línea de meta. Se ha consultado igualmente con el organizador, quien ha confirmado que existía un error en la señalización de dicha rotonda. Por todo ello, el Colegio de Comisarios ha decidido anular su decisión inicial y validar el paso del corredor por la línea de meta.
Schachmann: “Cualquier día puede haber una etapa loca, queda mucha Itzulia”
El alemán Maximilian Schachmann no esperaba una etapa tan explosiva, pero salvó el maillot amarillo, prenda que tendrá que defender hasta el sábado “sin que haya todavía nada decidido”. “No esperaba un día como el de hoy. Creí que era una jornada reservada para el sábado, pero no ha sido así. Hemos ido a tope de principio a fin, una etapa muy dura, menos mal que al final tenía a 4 compañeros que me ayudaron”, comentó en meta el ciclista berlinés.
El berlinés considera que fue importante salvar el día, pero con 3 etapas por delante aún no hay nada decidido en la general. “Realmente la Itzulia es así; desde hoy se ha demostrado que cualquier día puede haber una carrera loca y pueden pasar cosas. Queda mucha carrera todavía y no hemos ganado aún nada”, dijo.
Tras competir en la Milán-San Remo y París-Niza con malas condiciones meteorológicas, el calor que presidió la tercera etapa de la Itzulia pasó factura. “Sabía que estaba en forma, pero no hasta qué punto. Ha hecho mucho calor. En la Milán-San Remo y París-Niza hizo frío y el cambio ha sido radical, sabía que muchos iban a sufrir”, indicó. Schachmann, quien atacó a 25 kilómetros de meta, bromeó con la costumbre del esloveno Pogacar de atacar de lejos. “Le doy las gracias a Pogacar porque ha demostrado que se puede atacar en cualquier distancia. Yo lo intenté a 25, pero el calor se ha notado, ha sido clave”, explicó.
Respecto a la inicial descalificación de Alex Aranburu como vencedor de la etapa, por no haber tomado una rotonda por donde debía, Schachmann indicó que “hay que cumplir las normas”. “Lo siento por él, estaba cerca de él. Cuando iba por la derecha pensé que había sido el más listo, pero hay que seguir las normas; las reglas son las reglas y hay que cumplirlas”, concluyó. Lo que no sabía es que era la ruta buena.
En la general, el ciclista germano supera en 2 segundos al portugués Joao Almeida (UAE), segundo en la general y tercero en la etapa, y en 6 el también alemán Florian Lipowitz (Red Bull-Bora Hansgrohe), quien sumó un segundo de bonificación en un sprint intermedio.
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