Primoz Roglic entró en la meta de Lagos de Covadonga con los ojos cerrados, dio un puñetazo al aire de rabia, pero su gesto rápidamente se tornó en una sonrisa mientras recibía líquido y abrigo de sus auxiliares. “Mi mejor show”, contó con los ojos brillantes como casi nunca se le han visto. Estaba realmente feliz por lo que catalogó como “un gran día para los amantes del ciclismo”. El esloveno reveló que cuando atacó Bernal se guió por sensaciones. “No pensé, simplemente le seguí, ellos llevaron la iniciativa y yo tuve la fuerza suficiente como para rematar”, dijo, a la vez que ensalzaba la figura del líder del Ineos, del que afirmó que “Egan es un gran campeón”.

El ganador de dos Vueltas encarriló la tercera a lo grande. “Un enorme ganador en una cima legendaria”, resaltó Sepp Kuss, su lugarteniente en el Jumbo, que completó la fiesta con el segundo lugar. Ambos se divirtieron. “Estoy muy feliz por lo que he hecho. Me encanta esta carrera”, aseguraba el otra vez maillot rojo.

“Es un corredor de mucha clase, no sorprende que pueda hacer algo así”, reconocía Miguel Ángel López, el colombiano de un Movistar que se vio contra la espada y la pared, pero que logró “salvar el día”. Enric Mas también se mostró satisfecho porque le vio las orejas al lobo en un “día complicado, del que podemos estar más o menos contentos”.

Sin embargo, sólo hubo un triunfador, Primoz Roglic, que ahora aventaja a Enric Mas en 2:22 y a López en 3:11. Aunque para él “ninguna renta es suficiente”, asegura con la ambición que le llevó a protagonizar una etapa que pasará a la historia de la ronda española.