"Nunca pensé que vería La Vuelta en El Barraco"
Víctor Sastre explica a AS cómo vivió el homenaje de la ronda española a su figura, Chava, Carlos Sastre y la tradición ciclista de esta localidad abulense.


“El Barraco, siempre con La Vuelta”, proclama un cartel en el campo de fútbol de la Ciudad Deportiva Carlos Sastre, dedicada al ganador del Tour 2008. Está al final de la calle José María Jiménez, el Chava, donde hay una escultura al genial escalador fallecido en 2003. Desde ahí, dentro del complejo, se ve la fachada del Polideportivo Víctor Sastre. En todos los balcones se ven maillots ciclistas. Reynolds, Banesto, CSC… La localidad abulense, cuna de tantos corredores, respiró ciclismo como nunca en la llegada de La Vuelta. Una meta que quiso hacer justicia con una de las poblaciones que más ha hecho por este deporte en España.
“Yo no hubiera pensado nunca que iba a ver una etapa con final en El Barraco. Estar en la puerta de mi casa y ver llegar al pelotón. Es emocionante comprobar cómo toda la gente está disfrutando tanto. Después de una época tan dura, el pueblo tiene una bonita excusa para celebrar algo con alegría”, opina Víctor Sastre, quien no para de saludar a lugareños y personal de la carrera ciclista, mientras se preocupa por qué hacer para que todos y cada uno estén a gusto. Su escuela de ciclismo fue la encargada de que esa semilla que surgió con Ángel Arroyo germinara y diera a tantos otros ciclistas de raza, desde su hijo o el citado Chava, a Lastras, Mancebo, Pecharroman, David Navas, Curro García…
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“La única pena es no haber visto a todos esos grandes corredores llegar aquí como miembros del pelotón de La Vuelta, pero sigue esa semillita ahí, con Diego Rubio, que está haciendo muy buena carrera”, resalta el padre de un Carlos Sastre al que, con mucho orgullo, destaca como uno de los culpables de este enorme homenaje al ciclismo barraqueño, junto con la Diputación de Ávila, el Ayuntamiento del Barraco y Unipublic, con su director Javier Guillén.
Mientras explica, pasan niños vestidos del Movistar, madres con la camiseta que el pueblo ha dedicado a la llegada, o personas más mayores que lucen orgullosas una foto del Chava en acción con el título ‘Rey del Angliru’. Porque en la línea de meta, muy cerca de la casa donde vivía el escalador, la fiesta de La Vuelta tuvo su parte nostálgica, y recibieron un caluroso homenaje dedicado al ciclismo de la tierra que conquistó a toda España. Víctor, quien tan bien conoció al Chava, se emocionó por el bonito recuerdo: “Jiménez fue único e irrepetible. Y, como todo el mundo ha podido comprobar, aquí nadie le ha olvidado”.

