El término 'España vaciada' hace referencia, según su definición, a las zonas de España que sufrieron emigraciones masivas durante el denominado éxodo rural, especialmente a partir de la década de 1960 en el territorio español. Se trata de un concepto reivindicativo ante el olvido de los pueblos, y es un lema que incluso llegó a ser muy utilizado en numerosas manifestaciones, especialmente en Madrid, en contra del abandono de las zonas rurales. La Vuelta atravesó en su cuarta jornada numerosos pueblos en los que colgaban pancartas pidiendo más apoyos, servicios esenciales y visibilidad

La etapa transcurrió entre Soria y Guadalajara, y fue en esta primera provincia, una de las más despobladas en los últimos años, la que más disfrutó con los corredores en lo que llevamos de carrera. La salida, en Burgos de Osma, estuvo repleta de aficionados. Fue en la zona céntrica del pueblo, con tractores y campos de paja a su alrededor, y con una mezcla entre el público: los espectadores autóctonos del pueblo junto a jóvenes veraneantes. Nadie se lo quería perder. "¿Perdón, saben por dónde pasa la carrera? Queremos verlo en un buen sitio", era una de las preguntas que más se escuchaba en la salida que, por cierto, tuvo una gran acogida por toda la localidad.

Ampliar

La jornada, que siguió por carreteras sorianas (un pueblo como Barcones, con 20 habitantes) con enormes alpacas de paja y sin cobertura en muchos tramos, estuvo presenciada por el calor, que se hacía todavía más patente en los largos campos de cultivo. "La Vuelta es de primera, pero los ciudadanos somos de segunda", se resignaban algunos lugareños en grandes pancartas. "Para evitar la despoblación, hace falta trabajo en la zona", decía otra.

Al paso por Sigüenza, ya en la provincia de Guadalajara, las terrazas se vestían de gala. "Queremos que todo salga lo más bonito posible por la tele", decía una persona mayor. "Ojalá este impulso nos sirva de apoyo para atraer a gente", decía otra. Ya en Molina de Aragón, la llegada de la Vuelta fue tratada como un día de fiesta, y es que la ocasión lo merecía. Música, bebida, buen ambiente, familias... y es que es mediados de agosto, y eso también se nota. En invierno, por desgracia, la historia será distinta. La España vaciada se llenó por un día gracias a La Vuelta.